Los salarios y el Presidente

Con el presidente o con el ciudadano Danilo Medina se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero en algo hay que concordar: habla claro, y para ser así, se requiere honestidad personal e intelectual.

Con el presidente o con el ciudadano Danilo Medina se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero en algo hay que concordar: habla claro, y para ser así, se requiere honestidad personal e intelectual.En el encuentro con los periodistas abordó muchos temas, que continuarán siendo fuente de comentarios. Hoy nos detendremos en lo que dijo sobre el régimen salarial. Un tema que la inmensa mayoría de los empresarios rehúsa considerar, toda vez que lo ven como un costo negativo y no como un portentoso activo, clave para el funcionamiento de la organización y el crecimiento de la riqueza.

Y lo que ha dicho el Presidente de la República sobre la cuantía de la compensación del trabajo en el país viene como anillo al dedo cuando el movimiento que representa a la fuerza laboral reclama una modificación salarial.

Y resulta penoso que cuando llega ese momento no se trabaje con una actitud constructiva. Ahora hasta se pretende condicionar un entendimiento en materia de ajuste salarial a concesiones en la legislación laboral que pudieran ser lesivas a los derechos alcanzados por los trabajadores.

Por eso, es muy satisfactorio que el presidente Medina esté persuadido de que la pobreza en que vive la gente, aún quienes trabajan, está vinculada a un régimen de salario muy deprimido.

“…Yo siempre he dicho que aquí hay que sentarse para tratar el problema de los salarios, todos, los públicos y los privados. La gente con el nivel de ingresos que tiene no puede llevar una vida digna… con estos niveles salariales no se puede vivir. 10 mil pesos son 200 y algo de dólares y eso no es un salario. Esos salarios no dan y no porque haya inflación, sino porque son salarios muy bajos y la gente no tiene poder de compra…”.

Eso es verdad. Una buena parte de los empresarios tiene que cambiar de paradigma. Los salarios no son una carga. Compensan a quienes mueven a las organizaciones empresariales.

Es necesario reestructurar los salarios. Y para eso tiene que producirse un diálogo sensato entre trabajadores, empresarios y el mismo gobierno, que suele ser muy pasivo en la materia.

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