Danilo Medina y las calles de Tamayo

Una vez más las calles de Tamayo se inundaron. No se pueden sumar las veces que esto ha ocurrido, pero lo que pasa con el sistema de drenaje de este municipio es vergonzoso. No estamos hablando de las inundaciones producto de tormentas tropicales…

Una vez más las calles de Tamayo se inundaron. No se pueden sumar las veces que esto ha ocurrido, pero lo que pasa con el sistema de drenaje de este municipio es vergonzoso. No estamos hablando de las inundaciones producto de tormentas tropicales o grandes huracanes. Nos referimos a simples lluvias que tradicionalmente en estos tiempos se registran para beneficio de cualquier poblado, menos para Tamayo. Lo más interesante es que este problema no es desconocido para las autoridades. Este pueblecito ha sido visitado por este tema por presidentes, ministros y viejos secretarios de Estado. Las promesas de resolver las inundaciones “han llovido” por doquier, pero no hay forma de que se apliquen las medidas de rigor. De esta gestión y por distintos medios han llegado funcionarios de primer nivel y escuchado en asamblea popular los daños que causan a los moradores estas inundaciones que siempre dejan como secuela todo tipo de enfermedades y ni hablar de los percances de quienes viven en los puntos críticos, que naturalmente son los más afectados. Sé que el presidente Danilo Medina debe tener en carpeta una solución a este drama. Siendo Secretario de Estado de la Presidencia cuando la desgracia causada por el huracán Georges fue el primero que llegó a Tamayo. Todavía las aguas no se habían escurrido y él caminó, junto al periodista Osvaldo Santana y otros invitados, este pueblecito vigoroso. Luego encabezó los operativos de retirada de millones de toneladas de lodo que sepultaron sus casas, sus calles, sus negocios, sus centros educativos, su parque, su zona agrícola, en fin, toda su geografía. Porque aquello fue descomunal y se convirtió en el punto de partida de esta desgracia. Se supone que él mantiene eso en su memoria y le tiene guardado un rinconcito en su apretada agenda de reclamos y necesidades. El ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, lo sabe y debió reiterárselo al presidente Medina. Tamayo necesita ser atendido con urgencia, antes de que la desgracia sea mayor. Si así fuere todos los tamayenses, no importa en qué lugar del mundo estén, siempre agradecerán al Presidente esta noble acción que marcará la historia urbana de este laborioso municipio.

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