Si algo caracterizó la carrera de Manny Ramírez en Grandes Ligas, fue que sacaba excelentes calificaciones a la hora de remolcar. Ayer, hizo que el Licey pagara por ello. Manny, en un porcentaje alto de las ocasiones, traía las llamadas “carreras buenas”, entiéndase esas que dan ventaja y, por vía de consecuencia, victorias.
Tiene 42 años, lo que indica que ha perdido ciertas cualidades, pero sigue siendo un zorro del swing, un cerebro cuando está en la caja de bateo. Lo que hizo domingo y lunes ante los Tigres es digno de elogiar. Fueron piezas de calidad.
Ramírez, que ayer puso a gozar a miles y miles de seguidores aguiluchos tanto en el Estadio Cibao como en el resto del mundo (atención que se genera en los partidos contra el equipo azul), le batea .455 al Licey, con dos cuadrangulares y seis remolcadas, según los datos que me pasa Samuel Félix, nuestro encargado de estadísticas en elCaribe.
El planazo de ayer, en el octavo episodio, con su equipo debajo 3-2, y en conteo de 1-1, es uno de esos que no se olvidan. Coinciden muchos factores: el personaje que es Manny, el rival, la situación, en fin, un guión de una película destinada para el éxito.
La victoria permitió a las Águilas escalar a la cima del campeonato invernal debido a que los Gigantes sucumbieron ante las Estrellas en San Pedro de Macorís.
Triunfos en días consecutivos para los amarillos contra los añiles, que estaban cerca del importante cuarto lugar del torneo, pero han retrocedido par de pasos.
Ayer, el show fue cortesía de Manny Ramírez.
Apunte esto
Jonathan Villar y Francisco Peña, dos muy criticados por una parte de la exigente grey aguilucha, han lucido muy bien en triunfos recientes del club…A veces se olvida lo difícil que es esta liga y que la tendencia del pelotero dominicano es a desarrollar tarde…Muy pobre la salida de Warner Madrigal ayer…Dos transferencias abriendo episodio en un juego cerrado es mortal…Ese octavo episodio es para uno que lance duro y strikes…El barco rojo necesita responder pronto o las consecuencias serán funestas…Esta pelota invernal es para ganar…El dirigente que se duerme lo fríen sin pensarlo.
