Duarte hoy

Hoy conmemoramos el nacimiento de Juan Pablo Duarte, forjador de las ideas que motorizaron en los pobladores de la parte Este de la isla de Santo Domingo, la comprensión de que constituían un pueblo, con una cultura, una lengua, tradiciones y costumbres

Hoy conmemoramos el nacimiento de Juan Pablo Duarte, forjador de las ideas que motorizaron en los pobladores de la parte Este de la isla de Santo Domingo, la comprensión de que constituían un pueblo, con una cultura, una lengua, tradiciones y costumbres, elementos fundamentales de identidad que lo condujeron al acto político de proclamación del Estado dominicano, libre de toda dominación extranjera.

Nacido el 26 de enero de 1813, Duarte recibió una esmerada educación. Su familia lo envió a Inglaterra a completar sus estudios. Conoce a Francia y España. La Europa de la época era centro de las corrientes liberales. Era inevitable que un joven de América quedara influenciado por el pensamiento progresista.

Imbuido de esos sentimientos regresa a la isla. Auspicia la organización del movimiento clandestino La Trinitaria, el 16 de julio de 1838, donde se fragua el proyecto de separación de Haití. La Trinitaria fue el núcleo de multiplicación del sentimiento liberal orientado a la proclamación del nuevo Estado.

Duarte logra la adhesión de Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra, Benito González, Felipe Alfau y Juan Nepomuceno Ravelo, y más adelante, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, que vendrían a jugar un rol estelar en la lucha que se iniciaba.

Duarte lo dio todo, prácticamente se olvidó de sí, y cuando fue detectado por el gobierno de ocupación, conoció su primer exilio, en 1843. Pero no se desentendió de su compromiso en pro del proyecto nacional. El manifiesto del 16 de enero de 1844 confirmó cómo sus ideas habían prendido, y liberales y conservadores criollos, coincidían claramente sobre la necesidad de proclamar la República. Hasta que se produce el grito del 27 de Febrero.

Retorna del exilio y se entrega a la defensa de la joven nación, pero su nobleza, su entereza y desprendimiento no fueron bien entendidos. Condenado al exilio, muere en la pobreza absoluta el 15 de julio de 1876, en Venezuela.

El mártir había cumplido con su deber. Su pensamiento liberal, sus valores, su amor por la dominicanidad y su forma de vida, es su legado. Hoy cobra más fuerza que nunca. l

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