El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) anunció el pasado martes que instruyó a sus miembros en la Cámara de Diputados para que flexibilicen sus posiciones en los puntos en que se han presentado diferencias importantes en el proyecto de ley de partidos, de modo que se facilite la aprobación en la legislatura que inicia el próximo 27 de este mes.
No exageramos si afirmamos que el hecho de que el liderazgo del PLD tomara esa decisión después que el presidente de la Junta Central Electoral (JCE) reintrodujera los proyectos de reforma de la ley electoral y de ley de partidos ante el Congreso, y en alguna medida cuestionara la actitud de esa organización, indica que ha sido perceptivo frente a una realidad. Llama también la atención la prontitud con que actuaron.
Si los peledeístas han sido perceptivos, los opositores han actuado con inteligencia cuando acogen su disposición y comunican que están en ánimo de trabajar para hacer realidad tan importantes leyes para el sistema de partidos y electoral. El presidente del PRD no esperó demasiado para caracterizar como “positiva” la resolución del PLD.
No hay que olvidar que la actualización de un marco de desempeño de los partidos y la modernización de la ley electoral fue parte de los acuerdos para la reforma de la Constitución de 2010 suscritos por los presidentes del PRD y del PLD.
Como la palabra le ha sido tomada a los peledeístas, habría que suponer que los demás opositores no tendrían inconvenientes para llegar a soluciones satisfactorias que a fin de cuentas contribuirían a despejar el ambiente en que deben celebrarse las próximas elecciones.
Se supone que una ley de partidos y un marco legal que amplíe la capacidad normativa de la JCE podrían contribuir a regular el uso de los recursos durante la campaña electoral.
Al menos habría reglas más claras que limitarían las vías con que suelen contar quienes controlan el poder para utilizarlo convenientemente.
El ambiente está creado y sólo falta acción. Confiemos en que el próximo período legislativo dará los frutos esperados.
