Ese nombre quizás no resulte conocido para muchas personas. Pero era la cara más conocida del Centro de Rehabilitación en los medios de comunicación. En años remotos, cuando se levantaba esa institución de servicio, ella llegaba con su parsimonia, su don de gente y una sonrisa a las redacciones. Solía traer una nota acerca de una de las tantas actividades y campañas orientadas a ayudar a las personas a prevenir una enfermedad tan horrible como la poliomielitis.
Fue una tarea sin descanso durante cincuenta años. Era lo que veían los periodistas. “Ahí viene Doña Vicenta con la nota del Centro de Rehabilitación”, y todos la acogían con agrado. No había otra manera, porque ella siempre daba lo mismo: afecto y amor, mismos que la estimularon para acompañar a Doña Mary Pérez Marranzini en un trabajo que requiere humanidad.
Y Doña Vicenta no sólo era la cara cotidiana en los medios. Ponía alma y corazón en todo lo que ha sido el Centro de Rehabilitación.
Hoy se reconoce a esa organización por los servicios prestados, desde los pequeñines que requieren una atención correctiva o en los auxilios mayores a tantas personas que necesitan terapias de recuperación. Si miramos hacia el pasado, descubriremos la dura tarea que representaba la rehabilitación de las víctimas de la polio.
Valoremos la dedicación de doña Vicenta. Un ejemplo de servicio. Nuestro pesar a sus familiares y compañeros de trabajo.
Tonito Abreu
Antonio abreu, Tonito, fue un propulsor de la democracia dominicana. De la escuela de Juan Bosch, fue el primer secretario general del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Aunque por un período debió salir del PLD, nunca zahirió a nadie. Su temperamento, su modo de ser, su gracia, le permitió cultivar amigos en todos los litorales.
Era un hombre de bien. Amistoso, caballeroso, decente, afectuoso. Un ser especial.
Nuestro pesar a su esposa doña Patricia Lion viuda Abreu y a sus hijos Claudia Rita y Emilio, Cristopher y Adán.
