El pasado miércoles asistimos a la inauguración de la muestra “Rescatando la Memoria”, una selección de las obras que integran la Colección Tricom Arte Dominicano, teniendo como escenario el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo. La exposición en general establece un diálogo sumamente interesante, dado que presenta un recorrido por movimientos estilísticos que, a su vez, integra piezas lo mismo de Celeste Woss y Gil que de Scherezade García. Así, nos adentramos a un universo visual donde el color es siempre el protagonista y donde los anacronismos están a la orden del día, pero para bien. De hecho, se presentan lecturas sugerentes que motivan al espectador a procurar un ejercicio visual de asociación entre una obra y otra de artistas cuyas piezas aparecen dispersas en la exhibición.
Por citar un ejemplo, en el caso de las obras de Miguel Pineda aparecen una al lado de la otra, permitiendo apreciar fácilmente la secuencia de su discurso artístico. No obstante, cuando nos encontramos con las piezas de Ramón Oviedo, Rincón Mora, Guillo Pérez, Elsa Núñez, entre otros, vemos saltos que explican las diferentes etapas por las que han transitado con éxito cada uno de ellos, confirmando de ese modo la maestría en su producción visual. Existe un conjunto en particular que distingue una línea que debería ser, incluso, considerada como un punto y aparte, cuya fuerza discursiva potencia de manera significativa la exposición en general, pues recoge de las mejores piezas de los principales maestros del arte nacional en la década de 1960 desde Eligio Pichardo, Fernando Peña Defilló hasta Silvano Lora, entre otros. Intentar brindar al lector una idea general sobre la exhibición, es harto complejo, puesto que existen innumerables formas para apreciar el todo. Nos limitaremos, por esta vez, a invitarles a que asistan al Museo de Arte Moderno, donde además, se encontrarán con las piezas de la más reciente edición del Elit Tilde y, por supuesto, una selección de lo mejor del Arte dominicano. Enhorabuena.
