Las plantaciones en el Caribe y su impacto en todos los ámbitos (2)

La guitarra de los negros a PedroFigariDos negros con dos guitarrastocan y cantan llorando.Tienen labios de alborotoEchan chispas por los ojos.La cuchilla de sus dientescorta el canto en dos pedazos.Melancolía…

La guitarra de los negros a Pedro
Figari
Dos negros con dos guitarras
tocan y cantan llorando.
Tienen labios de alboroto
Echan chispas por los ojos.
La cuchilla de sus dientes
corta el canto en dos pedazos.
Melancolía de los negros
como copa de ginebra!
Los negros lloran cantando
añoranzas de candombe.
Suena el tambor de sus almas
con un ruido seco y sordo!
Y un borocoló lejano
los despierta de sus sueños!
Dos negros con dos guitarras
tocan y cantan llorando. Idelfonso
Pereda Valdez

Como explicábamos en la entrega de la semana pasada, vamos a dedicar algunos artículos al tema de las plantaciones como modelo económico que impactó el imaginario caribeño. Iniciamos la serie con el trabajo del amigo y colega Frank Moya Pons. Esta semana presentaremos el interesantísimo ensayo del profesor Manuel Uc Sánchez de la Universidad Autónoma de Yucatán titulado: “La plantación caribeña como modelo de análisis”. [1] El trabajo se presenta desde la perspectiva del caribe continental, y especialmente de la península de Yucatán, como lo afirma el autor:

Este trabajo, propone un aparato teórico metodológico que intentará analizar, en el ámbito caribeño, la inserción de la península yucateca, que por su proximidad geográfica ha estado, desde épocas remotas, en constante interacción con el acontecer político, social y cultural de la región y en mayor proporción con la isla de Cuba, que por su cercanía geográfica propició constantes intercambios en diversos renglones de nuestras relaciones. Por ello, y con el concurso de los factores geográficos, económicos y políticos e históricos, la península de Yucatán, cuya predominancia étnica maya guarda aún vigencia, localizó a manera de ámbito propio de su explanación, a la región Caribe. [2]

El autor defiende la tesis que el Caribe no debe analizarse como una unidad que solo abarca a las islas grandes, pequeñas y minúsculas que están ubicadas en el centro del mar Caribe, sino también a los territorios continentales que están bañados por sus aguas, pues esta peculiar situación geográfica ha marcado también las identidades de esos países, como México, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Guatemala, Panamá, solo para mencionar algunos:

El concepto de región en sí, ha tenido una gran variedad de acepciones que aunque han enriquecido su significado, también la han saturado de ambigüedades… para los fines de este trabajo sugerimos que el concepto de región se entienda como una categoría de análisis, pues aunque pudiera existir el riesgo de constreñir la compleja realidad que nos proponemos analizar a los límites de una definición… porque entendemos que la aproximación objetiva a la realidad es un problema práctico en el sentido que adquiera como actividad humana y que lleva implícitamente la transformación del objeto, que puede ser físico, social, cultural….[3]

Visto así, la región caribeña para este autor incluye el llamado Gran Caribe. Se auxilia del libro de Juan Bosch “De Cristóbal Colón a Fidel Castro” para plantear que el concepto caribe tiene que analizarse como una noción en la que intervienen factores de tipo económico, político, afirmando que esa gran región ha vivido en constante disputa de las grandes potencias, hecho que, sin duda, repercute en los perfiles sociales, económicos y políticos del área. De este planteamiento, dice el profesor Sánchez, se desprende que fue precisamente en el Caribe donde se inició la conquista y colonización en América, y que en estos procesos se fueron definiendo los rasgos y caracteres que darían su conformación histórica y social a toda la región. Concluye diciendo que estos elementos fueron claves en el surgimiento de una identidad cultural, producto de una historia común, pero dice:

Aunque hablar de una identidad cultural caribeña resulta complejo por cuanto entraña una amplia gama de componentes étnicos y nacionales de procedencia disímil, es necesario reconocer que existen particularidades culturales determinadas por la relación de las colonias con la metrópoli, y cuya resultante histórica es común en cuanto a los sistemas socioeconómicos que se desarrollaron, pero que imprimieron elementos específicos que permitieron la existencia de un Caribe anglófono, francés, español y otros. [4]

A partir de ese punto, el profesor Sánchez señala que la plantación fue el rasgo común del sistema económico caribeño insular y continental. Parte de la hipótesis que existe una gran similitud entre el modelo azucarero antillano y el yucateco. El autor, basándose en los estudios realizados, señala que como unidad de análisis el modelo de plantación caribeña y sobre todo en su condición de unidad económica y social, convergen tres factores fundamentales, que son los siguientes: 1. Fuerza de trabajo en condición de servidumbre; 2. Relaciones de mercado con financiamiento externo; y 3. Relaciones con la vida social y una fuerte influencia en las decisiones de carácter político. Acto seguido, el autor define la plantación:

Entendemos la plantación como un sistema de producción en el que predominan las relaciones sociales capitalistas, pero con elementos de un sistema económico que históricamente corresponde a la formación económica-social dominante, pues en su interior persisten relaciones que pertenecen a sociedades anteriores y se presentan de manera atrofiada y hasta disfrazada. Es en parte por esta característica que algunos autores han considerado a la plantación como una economía deformada… Este calificativo es empleado regularmente porque en él subsiste el trabajo en condiciones diversas, -el esclavo por ejemplo- que corresponde a momentos históricos diferentes. Así como en épocas remotas en el Caribe va a predominar el asalariado, en las plantaciones igualmente aparecen esas formas de trabajo, con desfasamiento histórico…[5]

Aunque estoy de acuerdo con el autor de que la región del Caribe va más allá de su ámbito insular, no comparto sus opiniones del desfasamiento histórico. Al utilizar de forma rígida, casi como camisa de fuerza, las categorías del materialismo histórico, limita su enfoque y su visión. La historia ha demostrado que las etapas históricas señaladas por el marxismo corresponden a realidades muy específicas de Europa central, que no pueden ser extrapoladas al Caribe, ni a ninguna de los otros continentes.

Un elemento interesante que plantea el autor es su análisis comparativo de la hacienda yucatana y el resto de México, en la cual confirma su hipótesis de que en la península de Yucatán predominan las características caribeñas. Pero como el espacio se agotó, abordaremos esa parte de la investigación la próxima semana. 
___________________________________
[1] Manuel Uc Sánchez, La plantación caribeña como modelo de análisis http://www.antropologia.uady.mx/historia_memoria/pdf/23%20manuel.pdf
[2] Ibídem, p. 21
[3] Ibídem, p. 22
[4] Ibídem, p. 25
[5] Ibídem, p. 28.

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