¿Qué pasa con la JCE?

Por razones desconocidas, el Gobierno nacional sometió a la Junta Central Electoral (JCE) a un presupuesto restrictivo, reduciendo sus expectativas de ingresos en atención a las próximas elecciones. Se lo recortó en un 50% de lo estimado.

Por razones desconocidas, el Gobierno nacional sometió a la Junta Central Electoral (JCE) a un presupuesto restrictivo, reduciendo sus expectativas de ingresos en atención a las próximas elecciones. Se lo recortó en un 50% de lo estimado.

La decisión del Poder Ejecutivo contrarió a las autoridades de la JCE que fueron tranquilizadas con la promesa de que progresivamente les serían entregadas partidas complementarias a medida que fuese realizando las tareas.
Actualmente, la JCE está comprometida con el plan de renovación de la Cédula de Identidad y Electoral, en la cual centra su principal inversión publicitaria.

Asimismo, ese organismo dispuso de partidas extraordinarias para labores no habituales, a propósito de la Ley 169-14, Ley de Regularización de Extranjeros, particularmente para la realización de una auditoría sobre esos inmigrantes y como parte del soporte técnico para el programa de registro de esos ciudadanos. Esos gastos igual estaban comprometidos en promesas del Gobierno.

Pero de acuerdo con informes, esos recursos no llegan, lo que impacta las finanzas de esa institución, que ha recurrido a los fondos del Plan de Pensiones y Jubilaciones, lo que no debía ser, y al mismo tiempo, se está endeudando. De inmediato anunció que no honrará sus compromisos, sino dentro de seis meses.
Pero el recorte del presupuesto de 2015 impacta negativamente la cedulación. Asimismo, la JCE deberá suspender la licitación de equipos y materiales para las elecciones, lo que concretamente tiene que ver con la automatización del escrutinio.

Obviamente, las actividades normales de la Junta quedan sometidas a ese estrés financiero, y de paso, las labores de supervisión para el reconocimiento de nuevos partidos que de por sí ya están retrasadas. De hecho, varias entidades han reclamado el conocimiento de sus expedientes.

Y ni hablar de los planes de obras de esa dependencia. Comunidades del interior que esperan la construcción de locales dignos para alojar las oficinas de las oficialías civiles y la propia JCE.

Ocurre lo que nadie entiende en estos tiempos, a casi un año de las elecciones. ¿Por qué no fluyen los recursos mínimos necesarios para el buen funcionamiento de la JCE?

¿Qué pasa con la JCE?

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