Sebastián Piñeyra y la minería sostenible

El pasado presidente de Chile, Sebastián Piñeyra, quien durante la pasada semana estuvo de visita en la República Dominicana, fue consultado por la prensa dominicana respecto a la conveniencia o no de las explotaciones mineras, a lo que respondió&#823

El pasado presidente de Chile, Sebastián Piñeyra, quien durante la pasada semana estuvo de visita en la República Dominicana, fue consultado por la prensa dominicana respecto a la conveniencia o no de las explotaciones mineras, a lo que respondió con mucha claridad diciendo que “la cuestión no es si se hace o no se hace minería, sino cómo se hace minería sostenible, porque la República Dominicana no se puede dar el lujo de dejar sus riquezas mineras bajo tierra y no aprovecharlas para crear empleos y bienestar para la población”.
Y es que Piñeyra conoce bien que sin las explotaciones mineras del cobre, Chile nunca habría llegado a alcanzar el desarrollo económico que exhibe hoy, pues la minería representa el 50% de las exportaciones totales chilenas.

Piñeyra añadió: “La industria minera es muy deteriorante del medio ambiente, pero manejada con inteligencia, y protegiendo el medio ambiente y las comunidades, puede ser una fuente de riquezas, y sería absurdo no considerarla”, pues “afortunadamente la tecnología existente hace que la explotación minera sea factible”.

Pero al parecer, esas válidas e irrefutables declaraciones no fueron del agrado de algunos ambientalistas y comentaristas anti mineros, quienes habrían preferido que Piñeyra produjese declaraciones tremendistas en contra de las explotaciones mineras, del mismo modo que esos mismos ambientalistas y comentaristas se ofendieron con el presidente ecuatoriano Rafael Correa cuando en su pasada visita a la República Dominicana se expresó en iguales términos respecto al aprovechamiento de los recursos mineros para el beneficio del país.

Y es que toda persona sensata, que conozca un poco de minería y de medio ambiente, sabe bien que lo que daña el medio ambiente no es la minería per sé, sino la incorrecta e irresponsable minería, la que muchas veces actúa medalaganariamente, y de espaldas a la protección ambiental, al saber que no será supervisada, ni sancionada, por un Estado que históricamente ha sido irresponsable por no haber asumido su papel como guardián de buenas prácticas mineras, industriales, agrícolas, pecuarias, hoteleras y urbanas, pues cuando un Estado es indiferente ante el deterioro ambiental producido por todos los sectores productivos nacionales, sin excepción, cada sector productivo particular “se hace el chivo loco”, y en ese escenario la minería no ha sido la excepción, pero sí ha sido “el chivo expiatorio” preferido por un segmento social que necesita señalar a un culpable único.

La minería apenas aporta el 2% de la contaminación ambiental, y eso lo sabe todo ambientalista serio, pero hay algunos ambientalistas que juraron hacer votos de oposición minera, y su discurso se orienta exclusivamente a la confrontación minera, pero se niegan a hablar de la grave contaminación cloacal que todos juntos hemos producido sobre nuestras aguas superficiales y subterráneas, al extremo de que ya no tenemos aguas limpias en ningún río dominicano, ni en ninguna corriente de aguas subterráneas, siendo esa la peor contaminación ambiental que nos afecta a todos, y siendo la peor herencia que dejaremos a las futuras generaciones.

Aquí todos sabemos que las aguas subterráneas que captamos a través de nuestros pozos particulares son las mismas aguas que previamente habíamos descargado desde nuestros inodoros hacia el subsuelo, porque hacemos dos pozos vecinos, uno para descargar el inodoro y otro al lado para subir aguas subterráneas para nuestras cisternas, y sabemos que al tomar esas aguas nos estamos tomando nuestros excrementos cargados de bacterias, y nos estamos tomando los excrementos y enfermedades de todos nuestros vecinos, pero como esa terrible contaminación ambiental no es por culpas de la minería, sino por culpas nuestras, que al carecer de alcantarillados sanitarios nos vemos obligados a descargar todos nuestros excrementos a las mismas aguas subterráneas que captamos, entonces los ambientalistas anti mineros no dicen nada, absolutamente nada, ni los sacerdotes anti mineros hacen una peregrinación a la Capital para orar en contra de esa contaminación cloacal.

Al igual que Piñeyra, soy partidario de las explotaciones mineras, sin dañar el medio ambiente, pues el mundo de hoy no puede vivir sin las explotaciones mineras que aportan los minerales para nuestro desarrollo, y todas las explotaciones mineras, sin excepción, se pueden desarrollar apegadas a buenas prácticas ambientales, para que sea la propia sociedad quien exhiba la minería como excelente ejemplo de desarrollo sostenible.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas