El 5 de julio encontró al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en el peor momento de toda su historia: numérica y orgánicamente disminuido en su mínima expresión y en una alianza incómoda con la organización que políticamente ha sido su peor enemiga.En efecto, los 54 años del arribo de Ángel Miolán, Nicolás Silfa y Ramón A. Castillo, así como del primer mitin político realizado en la República Dominicana por un partido de oposición después de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo, encuentran al PRD, además, en medio de su división más significativa y con una situación de insubordinación interna jamás vista en la historia política dominicana.
Ni siquiera en sus cinco (5) divisiones (1962, 1973, 1987, 2005, y 2011) que antes de la de 2014 había tenido el PRD en sus 76 años de fundado, esa organización había quedado tan maltrecha orgánicamente ni con una imagen tan deteriorada ante la opinión pública y el universo político nacional.
Es “voz populi” el hecho de que la totalidad de sus diputados negociaron, a espalda de la alta dirigencia blanca, con el presidente Danilo Medina, respaldar la modificación de la Constitución para favorecer su repostulación, forzando a Miguel Vargas Maldonado a decantarse por una alianza que no ha sido bien asimilada por el país y que, incluso, no es del todo aceptada en las filas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
La mayor evidencia de la inconformidad en las filas del PLD por los acuerdos arribados para el presidente Medina agenciarse el respaldo público del PRD, la presentó el secretario general del partido de gobierno y designado negociador oficial, el senador Reinaldo Pared Pérez, quien aseguró que el partido blanco “no es lo que era en el 2010 y en el 2012”, por lo que las negociones de puestos electivos tendrán como marco el posicionamiento electoral perredeísta, estimado entre un poco más del 1.5% del electorado.
La aseveración de Pared Pérez cobra peso, si se toma en cuenta que debido a la mancuerna puesta a Vargas Maldonado por sus diputados a éste no le quedó otro camino que el de doblegarse al presidente Medina antes de arriesgarse a que en mayo de 2016 le contaran los votos, caudal que tras los acuerdos parece haber disminuido aún más.
¿Camino a la extinción?
A sus 76 años de fundado, el PRD apunta a que bajo la conducción de Vargas Maldonado ha iniciado un proceso de declive cualitativo y cuantitativo que augura su extinción como ente político contestario y con posibilidad de llegar a encabezar el Poder Ejecutivo.
Esto, porque desde 2008 a la fecha el PRD ha adoptado posiciones públicas tan conservadoras que lo han alejado de la filosofía socialdemócrata y de la centroizquierda, distanciándolo de lo que tradicionalmente fueron los sectores que le sirvieron de sustentación política y social.
Ya el nacionalismo progresista que había heredado de la revolución mexicana y el Aprismo de Raúl Haya de la Torre quedaron atrás, y para muchos también la esencia de su lema: “Soberanía Nacional, Libertad, Democracia y Justicia Social”.
El caso es que luego de 54 años de vida política en el país, el PRD no es ni sombra de aquella organización política con la que las masas se identificaban y se merecía el respeto de sus más enconados adversarios.
Actos
El Partido Revolucionario Dominicano celebró ayer con varios actos el 54 aniversario de la llegada a la República Dominicana de la comisión de esa organización responsable de desplegar el partido blanco en el país.
Los actos iniciaron con una ofrenda floral en la casa nacional del PRD a las 9:00 a.m. y continuaron a las 11:00 a.m. con una misa en la Iglesia de las Mercedes.
