¿Envejecen los partidos?

Aquella canción escrita e interpretada por Julio Iglesias “Quijote”, es una hermosa evocación al ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, obra clásica de Miguel de Cervantes Saavedra, la más sobresaliente en la lengua española y de la…

Aquella canción escrita e interpretada por Julio Iglesias “Quijote”, es una hermosa evocación al ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, obra clásica de Miguel de Cervantes Saavedra, la más sobresaliente en la lengua española y de la literatura universal. La canción “Quijote” tiene una música vigorosa y letra excepcional.

Citarla viene a cuentas porque en nuestro medio, presumo, ha sido muy escuchada. La primera estrofa es una bellísima lírica y termina igual que la penúltima estrofa, la cual dice:

“Tengo miedo del tiempo que fácil se va
De las gentes que hablan, que opinan de más
Y es que vengo de un mundo que está más allá
Soy Quijote de un tiempo que no tiene edad”.

Siempre que se sustentan causas y se participa en proyectos de sociedad y universal, se es “de un tiempo que no tiene edad”. Posiblemente, porque se desarrollan capacidades para reinventarse ante los ciclos del proceso que viven los pueblos. Necesariamente el envejecimiento no arrastra al cerebro, el cual conserva experiencias y destrezas; excepto que sea afectado como parte del cuerpo. Aprovechar en cualquier edad el tiempo es respetar aquello de “tener miedo al tiempo que fácil se va”. El tiempo otorgado a alguien es siempre el mejor regalo.

¿Cuándo realmente envejece una persona?

Se envejece cuando aún con un cuerpo joven, su cerebro se estanca; mientras que un cerebro activo produce ideas y maneja el cuerpo. La experiencia y los conocimientos logrados permiten creatividad por lo que es propicia la persona a reinventarse y participar de la mano del proceso. Pero nunca temer “de las gentes que hablan, que opinan de más”.

Todas las organizaciones y personas cuando en su vida repiten siempre lo mismo, no pueden esperar cambios (Einstein); quizás por eso también se crea resistencia a hacer diferentes las cosas, por temor a los cambios que en el estatus de cada dirigente puedan producirse.

Felipe González, en un conversatorio con Lula Da Silva en Sao Paulo, afirmó que desde el PSOE “cambiamos la realidad social de España, pero nosotros no cambiamos”. Efectivamente, los partidos se pueden quedar atrás de la sociedad que han contribuido a cambiar, cuando internamente repiten lo mismo.
Recientemente el PLD llegó al extremo haciendo no solo lo mismo, sino que el de reelegirnos los mismos en el partido y en el Estado.

¿Hasta cuándo duraremos conduciendo el proceso social sin cambiar internamente? ¿Podemos decir que “vengo de un mundo que está más allá”, como dice la estrofa citada? No. Hay que decir como auto reflexión necesaria, “vengo de un mundo que está más atrás”. Y así envejece un partido político, cuando se queda atrás de la sociedad que dice representar.

Nos montamos en los éxitos y fortaleza lograda. Nos convertimos en un clásico partido oculto en el Estado; sin ninguna capacidad propia. Sujeto a los mandos y predominio de los principales dirigentes del Estado y no a los propios.

Afecta, y mucho, al compromiso histórico del PLD envejecer como partido en el poder. También nos hace fracasar en la conducción y nos saca del poder.

Es oportuno para no envejecer, pasadas las elecciones, aprovechar la capacidad creadora de todo el partido y colocarlo en su innovación, creando, además, espacios a las generaciones más jóvenes para incorporar frescura y modernidad.

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