Días antes de inaugurarse los Juegos Panamericanos -edición XVII con sede en Toronto, Canadá- hice el siguiente planteamiento-análisis: El boxeo de República Dominicana no tiene chance de ganar, al menos, una medalla de oro.
Y si se da la sorpresa, de capturar un oro, “entonces será un hecho trascendente y de mucha alegría para el deporte dominicano”.
Cuando el colega José Luis Mendoza, con quien comparto trabajo en Deportes en La Z -de la emisora Z-101-, me consultó sobre las posibilidades de medallas del boxeo local le ofrecí una respuesta categórica: “No hay muchas esperanzas de ganar medallas de oro”.
Lean bien: “medallas de oro”. Y reitero que si se conquistaba al menos un oro, se lograría algo extraordinario. Y basaba mi criterio, fundamentalmente, porque el seleccionado dominicano que iba a Toronto es joven, con poca experiencia y limitados fogueos.
Porque los Juegos Panamericanos no tienen el mismo nivel que los Juegos Centroamericanos y del Caribe. En la justa continental, en la que participan estelares atletas de 41 países -entre ellos Estados Unidos, Cuba, Canadá, Brasil, Argentina y México, todos con mucho más calidad deportiva que República Dominicana-, la competencia es muy dura. Y el boxeo criollo, obviamente, no se puede parangonar con el pugilismo que se practica en las citadas naciones.
Había especie de un “jolgorio” en algunos segmentos del deporte nacional porque se esperaban “sorpresas” en el torneo de boxeo de los XVII Juegos Panamericanos.
¿Por qué no se ganó oro?
¿Por qué del vaticinio negativo para el boxeo dominicano en los Juegos Panamericanos Toronto-2015?
Tengo la respuesta: Porque el equipo local estuvo conformado por noveles púgiles, con poco fogueo internacional. Pero, además, aunque el sorteo favoreciera a nuestros peleadores, al final tenía que contender con rivales muy fuertes. Rivales, por ejemplo, de Estados Unidos, Cuba, Brasil y Canadá.
Entonces las posibilidades para el boxeo local ganar oro eran remotas, como lo planteé varias veces.
