Miguel Mejía: Una OEA desprestigiada y un Caricom oportunista

El secretario general del Movimiento Izquierda Unida (MIU), Miguel Mejía, criticó a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Caricom, a los que llamó desprestigiada y oportunista, respectivamente.

El secretario general del Movimiento Izquierda Unida (MIU), Miguel Mejía, criticó a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Caricom, a los que llamó desprestigiada y oportunista, respectivamente.

A continuación la declaración íntegra de Miguel Mejía:

La Organización de Estados Americanos (OEA) es un cadáver insepulto de tiempos de la Guerra Fría. Nacida como institución hemisférica irrestrictamente al servicio de los Estados Unidos, tiene en su haber el dudoso honor de haber sido el paraguas bajo el cual se produjeron el acoso inmisericorde y las agresiones de todo tipo contra la Cuba revolucionaria, y también la invasión grosera y genocida dirigida a detener el avance del pueblo dominicano en armas, en abril de 1965.  Con justicia, fue calificada  por el canciller cubano Raúl Roa, como “un ministerio de colonias”. Es lo que ha sido y, a juzgar por su más reciente trayectoria, continúa siendo.

A su desprestigio histórico, la OEA ha sumado, por estos días, una nueva mancha a su abultado record de injerencias en los asuntos internos de los países latinoamericanos, al proponer “mediar” en el diferendo migratorio entre Haití y República Dominicana. La digna negativa del gobierno  que preside el Lic. Danilo Medina a aceptar “mediaciones” no solicitadas, y además prejuiciadas y tendenciosas, en lo que es un problema bilateral, ha eliminado la presencia y utilidad  de la OEA sobre el tablero de la crisis. El fracaso de esta jugada maquiavélica, y el incumplimiento del plan geopolítico concebido por la diplomacia norteamericana, jubilosamente adoptado como propio por el corrupto gobierno del presidente Martelly, ha obligado a sus promotores a mover fichas y a inventar nuevos “mediadores”.

Es en este contexto en que deben ser interpretadas las declaraciones de Irwin LaRocque, secretario general del Caricom, al recibir en la sede  de la organización, ubicada en Georgetown, Guyana, al primer embajador del Vaticano acreditado ante  la misma, el arzobispo Nicola Girasoli. Sin venir al caso, LaRocque, actuando oportunistamente, ha aventurado la idea de que la Santa Sede pueda actuar como mediador ante el gobierno dominicano, para “resolver la situación de los descendientes de haitianos que serían deportados, tras el fin del proceso de regularización migratoria que se lleva a cabo en ese país”.

En la crisis con Haití, el Caricom no presenta credenciales de un accionar imparcial, ni constructivo. Después de aceptar como buenas las declaraciones y posturas incendiarias y malintencionadas de su ex presidente, Ralph Gonzalves, dirigidas a condenar la aplicación soberana del derecho dominicano a ordenar su política migratoria, nada ha hecho por escuchar las razones de nuestro país. Alguien debería decirle  al despistado Sr. LaRocque que las mediaciones, para ser creíbles y respetadas, deben comenzar por escuchar a las partes en disputa y que, para ello, Caricom debió haber invitado a las autoridades dominicanas a sus cumbres y reuniones, lo que, por supuesto, nunca ha ocurrido.

Fracasada la entrada triunfal que se proyectaba con la “mediación” de la OEA, el conflicto ha tenido que sufrir la propuesta oportunista y cínica de uno de los principales líderes del Caricom, destinada a internacionalizar un diferendo bilateral, y a objetar, de paso, la soberanía y la autodeterminación del pueblo dominicano. Tras naufragar  la escuadra  de cañoneras intervencionistas de la OEA, quienes mueven los hilos de la trama han apelado a los buenos oficios de CARICOM, probablemente tras ofertas de ayudas y beneficios,  y para no fracasar por segunda vez, han intentado cobijarse bajo el manto protector y el bien ganado prestigio del papa Francisco.

 A pesar de su refinamiento, este nuevo intento ha nacido muerto, tan muerto como el protagonizado por la OEA. Ni esta última, ni el, tienen la suficiente solvencia moral ante el pueblo dominicano y su gobierno, como para presumir que actúan por desinterés, ni buena fe. Sus propuestas “mediadoras” no son aceptables, y mucho menos, respetables.

 

República Dominicana no necesita de mediadores para construir una relación civilizada y constructiva con Haití, que es, dicho sea de paso, su segundo socio comercial. Tampoco renunciará, vengan de donde vengan las presiones, a renunciar a su derecho soberano a cumplir su Constitución y hacer respetar sus leyes.

Haití no necesita mediadores, pero si una enorme ayuda para restablecer su economía, y evitar de esta manera las migraciones incontroladas, la misma que la ha sido reiteradamente prometida por los países más ricos del planeta, y organizaciones como la OEA y el CARICOM, para ser tantas veces incumplidas.

En vez de intentar pasarnos gato por liebre con tantas ofertas de “mediaciones” ridículas,  deberían dedicar su tiempo a ayudar al pueblo haitiano a salir adelante.

Por algo sobre las grandes potencias pesa el estigma de la esclavitud, el colonialismo y el imperialismo.

Por algo sus voceros, como la desprestigiada OEA y el oportunista CARICOM, se desgañitan intentando el milagro de convertir esa deuda histórica en deuda de la nación dominicana.

No lo lograrán.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas