José Reyes: “El cambio fue deprimente”; dice que lloró cuando se enteró

No importa al lugar a donde lo manden, José Reyes siempre está preparado. Es un jugador que ya ha pasado por esa experiencia y en cada una de esas guerras, ha cumplido con la encomienda.

No importa al lugar a donde lo manden, José Reyes siempre está preparado. Es un jugador que ya ha pasado por esa experiencia y en cada una de esas guerras, ha cumplido con la encomienda.En la actualidad, el paracorto vive esa situación tras pasar de los Azulejos de Toronto a los Rockies de Colorado por el también siore Troy Tulowitzki la semana pasada.

“Si a Guachupita me tengo que ir a Guachupita me voy”, dijo Reyes al programa Grand Slam que se transmite por CDN todos los domingos. “En esto soy un empleado. No te voy a esconder que en principio el cambio fue deprimente, pero esto es un negocio. Si me mandan para Júpiter, que es uno de los planetas que está más lejos, pues para allá es que tengo que ir con mi bate, mi guante y mi bulto y jugar pelota que es lo que yo sé hacer”, agregó.

Manifestó que cuando recibió la noticia no contuvo las lágrimas porque dejaba atrás una organización que se encuentra en una ardua batalla por clasificar a los playoffs.

“No lo escondo. Sí, lloré. Cuando iba camino para Chicago, le mandé a Edwin (Encarnación) una foto llorando producto de la relación que tenía como él y José Bautista, así como el equipo completo. Eso que hacía en el dugout no era con lo que sucedía en el clubhouse. Cuando se enteraron de la noticia, todos, desde el mánager hasta los coaches me llamaron para despedirse”, sostuvo.

Relató, que pasada la medianoche del jueves anterior, recibió una llamada del gerente general de los Azulejos, Alex Anthopoulos para informarle del cambio que lo llevaría a los Rockies, noticia, que a su juicio, no fue muy bien recibida.

“Para qué este hombre me está llamando a esta hora”, se preguntó Reyes. “Yo durmiendo y que pase por el estadio. La suerte es que vivía al frente del estadio. Cuando nos encontramos, él (Anthopoulos) me informó del cambio hacia Colorado”, agregó.

Sostuvo que Edwin Encarnación, su agente y sus padres fueron de las primeras personas a las que les comunicó del cambio hacia Colorado, una ciudad ubicada al oeste de los Estados Unidos y que es conocida por tener los picos más altos de las montañas rocosas.

Un anillo

En la actualidad, José Reyes tiene 32 años y sabe que su estancia en las Grandes Ligas no se extenderá por mucho. Ese tiempo que aún puede brindarle al béisbol, le gustaría que llegue acompañado de un título, algo que no sucede en los conjuntos que ha estado desde que debutó en las Mayores con los Mets de Nueva York el 10 de junio de 2003.

“Estoy en un punto en donde a mi carrera en el béisbol no le quedan ni diez años. Yo lo que estoy buscando es ganar. Gracias a Dios que tengo un contrato garantizado que es muy importante. Ahora yo lo que quiero es un anillo; y eso es lo que quiero con un equipo”, expuso el paracorto que vistió la franela de los Azulejos por tres temporadas.

Equipo con talento

En los pocos días que “La Melaza”, mote con el que se le conoce al nativo del municipio de Villa González, Santiago, tiene en Colorado, el talento joven que ha observado es, a su juicio, de primera.

“Aquí lo único que hace falta es pitcheo. Con pitcheo, Colorado se convierte en un gran equipo competitivo. El talento joven abunda en esta organización. Ahí está el caso de Cristhian Adames, que es un gran muchacho y buen pelotero también. Cuando llegué a los Rockies a él lo habían enviado a las Menores”.
Sin la jornada de anoche ante los Marineros de Seattle, los Rockies (44-60) se ubicaba en el último lugar de la División Oeste de la Liga Nacional, a 15 juegos y medio de los punteros Dodgers de Los Ángeles (60-45).

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