De limpiabotas y peleador callejero a monarca mundial

Javier -El Abejón- Fortuna: De vendedor de chorizos con pan, trabajo que desde niño realizaba utilizando un destartalado carrito, hoy disfruta de la felicidad del triunfo…¡porque es un firme campeón mundial de boxeo!

Javier -El Abejón- Fortuna: De vendedor de chorizos con pan, trabajo que desde niño realizaba utilizando un destartalado carrito, hoy disfruta de la felicidad del triunfo…¡porque es un firme campeón mundial de boxeo!No sólo era vendedor de chorizos con pan, también, entre los ocho y nueve años, trabajó (en las calles polvorientas de la ciudad de La Romana) como lustrador de calzados (limpiabotas); vendía helados en “palitos” y su último oficio callejero fue el de manicero. Confiesa que fue un travieso muchacho que “no barajaba pleitos” cuando lo provocaban.

El Abejón Fortuna ostenta el título ligero junior que avala la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Esa corona la conquistó el 29 de mayo de este año al vencer por decisión unánime al costarricense Brian Vásquez en Brooklyn, Nueva York.

El pasado 29 de septiembre tuvo la primera defensa exitosa de su corona de las 130 libras en Las Vegas, Nevada, al noquear en el décimo round al puertorriqueño Carlos Iván Velázquez.

El una vez joven harapiento, hoy en día presenta foja invicta de 29 victorias, 25 de ellas por nocaut y un empate.

Un niño salvado por el boxeo

El Abejón Fortuna tiene mucho que agradecerle al boxeo, un deporte que lo salvó de ser un delincuente.

“Cuando muchacho andaba buscando pleitos, y nunca dije que no a quien me provocaba. Varias veces me agarraron preso, pero nunca hice nada malo”, dice.
Reconoce que en sus andanzas de travieso muchacho estuvo al borde de caer en la delincuencia, “pero gracias al boxeo miren quien soy ahora”.

Le agradece a su hermano, Johan Fortuna, ser hoy un exitoso boxeador profesional y ganador de dos fajas mundiales en diferentes categorías (pluma y ligero junior). “Porque mi hermano fue quien me llevó al boxeo, y él es todavía boxeador y siempre quiso que yo lo acompañara en el gimnasio”, apunta.

Nacido en la calle Padre Abreu, de La Romana, El Abejón Fortuna fue amateur en sus inicios en el boxeo. Salió victorioso en 219 combates y perdió sólo 23. “Entonces se puede decir que como amateur me fue muy bien”.

Siempre bajo la protección técnica de Juan Ramírez, el primer entrenador que lo llevó por los senderos del triunfo, El Abejón Fortuna decidió ser boxeador profesional tras debutar en el coliseo Pedro Julio Nolasco (En La Romana).

Su primera pelea en el boxeo rentable fue contra Juan Carlos Trinidad a quien despachó rápidamente. Nunca olvida aquella victoria.

El gran amor a sus padres

El Abejón Fortuna, de guardia zurda, siente un firme amor por sus padres. Y recuerda con nostalgia la muerte de su papá, Santiago Fortuna, quien falleció hace menos de dos años.

Habla de su madre, Lidia Francisco, conocida como Doña Nana. “Mi madre es un amor. Ella está pendiente de mí todo el tiempo”, dice, aunque aclara que ella no puede ver sus peleas.

“Porque ella se pone nerviosa, pero se mantiene orando por mí para que yo gane y no para de rezar, de orar, hasta que no tiene la noticia de que la pelea terminó. Así es mi querida madre”, resalta. Recuerda que cuando conquistó su primera corona mundial (el ocho de diciembre del 2012 en Las Vegas) su madre estuvo “bien pendiente”.

Cuando se registró la victoria, convirtiéndose en monarca pluma de la Asociación Mundial de Boxeo, su mamá y todo el pueblo de La Romana, gozaron hasta el amanecer.

Dice que es un hombre apegado a su familia. Tiene siete hermanos (de padre y madre) y dos de padre. Se lleva bien con todos y se considera un hombre que no olvida sus orígenes.

“Uno siempre debe ser humilde y no olvidar su pasado aunque fuera de gente pobre como lo fui yo. La gente aquí (en La Romana) me quiere mucho y está pendiente a mis peleas”, postula El Abejón Fortuna, quien tiene como mánager al empresario dominicano César -Mangüita- Mercedes.

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