Miguel Ángel Sano retorna al béisbol invernal dominicano con metas bien definidas: jugar sin límites para las Estrellas Orientales y agotar la mayor cantidad de tiempo en la antesala. El cotizado jugador, quien en la campaña de 2012-13 jugó con las Estrellas, viene en esta ocasión a contribuir en todo lo que pueda para que la escuadra con sede en su natal San Pedro de Macorís logre su anhelada corona.
Las Estrellas perdieron en la final del torneo pasado ante los Gigantes. “Vine a jugar duro, y a ganar, no hay límites, esto es hasta donde mi equipo llegue.
Estoy feliz por estar aquí y activo para meter mano con este equipo”, sostuvo
“Ellos (la organización de los Mellizos de Minnesota) me han dicho que la tercera base es la que tengo que jugar”, dijo Sano a elCaribe.
El petromacorisano expresó que aunque en estos momentos la antesala está ocupada por Trevor Plouffe, a quien le quedan dos años de contrato, su equipo ha sido enfático en comunicarle que tiene que trabajar fuerte para llegar a los entrenamientos y ganarse el puesto.
“No puedo confiarme mucho. Cada quien sabe lo que debe hacer en cada lugar”, resaltó Miguel de 22 años de edad.
Esta temporada con los Mellizos, Sanó registró 9 juegos en la tercera base, dos en la inicial y 69 partidos como bateador designado. Miguel Ángel, quien inició en doble A con el Chatanooga, sucursal de Doble A, vio concluida su larga espera al debutar en la Gran Carpa el dos de julio de este año.
“Quería firmar un dos de julio, y Dios me dio la oportunidad de llegar a Grandes Ligas un dos de julio, me siento feliz por eso”, afirmó el afable jugador.
Para muchos cazatalentos, entrenadores y también dirigentes dentro de la organización de Minnesota, el antesalista cumplió con las expectativas, transformando la alineación de los Mellizos con su gran ofensiva, además de carisma, cualidad que resaltara su dirigente Paul Molitor, en una entrevista para un medio internacional. Sanó registró una de las mejores temporadas de novatos en la historia del club de las Ciudades Gemelas al compilar un promedio de bateo de .269, con 18 jonrones y 52 impulsadas en 80 partidos de acción.
Viene por más
A pesar de tener una buena temporada como novato, Sanó se quedó con las ansias de aportar más a Minnesota. Y es por es que viene a trabajar sin descanso con las Estrellas Orientales.
“Esperaba ser más, pero Dios me dio eso. Trataré del año que viene hacer más, además de que vine de una lesión, que fue triste y dolorosa para mí, pero siempre he tenido una mentalidad poderosa, fuerte y pude salir de eso”, dijo.
El antesalista expuso que la operación Tommy John en su codo derecho, que lo mantuvo fuera de acción en la temporada 2014, nunca fue una barrera para él.
“Si no me hubiese pasado lo de mi lesión, yo creo que no hubiese llegado a Grandes Ligas, pero Dios supo cómo hacer sus cosas, permitió que me lesionara y volviera. Nunca me puse triste. Nunca, siempre mantuve el ánimo. Gracias a Dios pude mejorar”, dijo
