Flor quiere que al final de su vida, su cuerpo termine en cenizas. “Es una decisión compartida entre mi esposo y yo… No queremos dejar responsabilidades a otros. Queremos que en nuestro último halo de vida cierre todo”, cuenta.También dice que ahora tiene en venta un terreno que adquirió en un cementerio privado de la capital. ¿Por qué cambió de decisión? Le cuestiona elCaribe y ella contesta que todo tiene su lógica: “comprar el terreno responde a no ser piedra de tropiezo para terceros. La idea nuestra fue no ser carga después que dejemos de existir. No dejar cargado a nuestros hijos de que tengan que ir a un cementerio o pagar un mantenimiento”.
Ahora bien, ¿qué sucede en una cremación, la cual dura entre cuatro y seis horas? elCaribe visitó las instalaciones del cementerio Parque de Prado, en compañía de su directora Gina Victoriano, y cuenta el proceso, paso a paso. ¡Advertencia¡ Los marcapasos, prótesis u otros fragmentos de metal deben ser retiradas del cadáver antes de ser cremados. Por lo regular, los familiares donan estas piezas.
El cuerpo se introduce al horno crematorio –capaz de generar entre 870 y 980 grados Celsius – dentro de un ataúd biodegradable. Una vez acabado el proceso de cremación, los huesos calcinados se sacan del horno. Lo demás prácticamente desaparece y es de los huesos de donde se extrae la mayor cantidad de cenizas que los familiares retiran.
El patólogo Santo Jiménez Páez, director del Instituto Nacional de Patología Forense (INAPF), explica por qué: Dice que la “parte blanda” (piel y músculos) del cuerpo humano deja muy pocos residuos de cenizas, contrario a los huesos. “Por ejemplo, si usted prende un cigarrillo el mayor porcentaje de esa ceniza procede del tabaco. El papel que lo envuelve deja pocos restos. Lo que sucede con la parte blanda del cuerpo puede compararse con el papel del cigarrillo”.
Entonces, los huesos calcinados son introducidos a una trituradora que termina lanzando las cenizas, las cuales se guardan en una bolsa de plástico y, posteriormente, en una urna que termina en mano del parientes del fallecido.
Disposiciones legales
La Ley 42-01 General de Salud establece en su artículo 138 que “los cadáveres que van a ser cremados deberán ser objeto de autopsia previa, en la forma y condiciones establecidas en los reglamentos y con las excepciones que se establezcan en las mismas”.
La razón de esta disposición es que con la cremación, las cenizas no revelan cualquier información que a futuro se pueda necesitar, como revelan las exhumaciones. Sin embargo, María Fernanda Arredondo, encargada de servicio al cliente de la Funeraria Blandino, asegura que con un acta notarial que declare la responsabilidad de los familiares en asumir futuras consecuencias, la entidad ejecuta la acción. Sí afirma que para los extranjeros este procedimiento sí es obligatorio. El proceso de cremación, en cualquier caso, tarda varios días.
El reglamento también señala que los hornos crematorios “deben contar con los dispositivos necesarios para asegurar que la eliminación de los desechos o productos de la combustión no constituirán un problema sanitario”. Las leyes de Medio Ambiente y Recursos Naturales (64-00) también impone con permisos la garantía de estas disposiciones.
La Funeraria Blandino y el cementerio Parque del Prado son las dos empresas que brindan este servicio en la capital. Sus hornos de cremación están en Herrera, Santo Domingo Oeste, y en el municipio de Guerra, Santo Domingo Este, respectivamente. Dos lugares que las entidades aseguras que no se corre peligros sanitarios y que también cumplen con estándares internacionales exigidos en el proceso.
Informar a los familiares
En caso de que al final de su vida quiera ser cremado se sugiere informar a los familiares este deseo. María Fernanda Arredondo lo recomienda y así lo ha hecho, aunque en su familia “no todos estén de acuerdo”. “Es muy triste ir al cementerio y que tu familia se despida de ti. Me gustaría que me tiraran en Las Terrenas, a la orilla de la playa, para ver el sol todos los días”.
Final digno para las mascotas del hogar
En el país, el único cementerio de mascotas lo tiene el complejo funerario Parque del Prado, desde el 2013. Y, contrario a las tendencias de seres humanos, el número de cremaciones para los animales domésticos supera los sepelios. En total se han hecho 180 procesos, de los cuales han sido 118 cremaciones y 62 entierros.
Las cremaciones de mascotas se hacen en un horno más pequeño al de seres humanos y el proceso dura unas tres horas. Este procedimiento cuesta RD$8,800 mil si se elige una urna de plástico, y RD$14 mil si es de metal. Parque del Prado también en su servicio ofrece el transporte del animal hacia su complejo, en el kilómetro 3 de la carretera a Guerra. El costo de terreno para fines de inhumaciones de mascotas domésticas es de RD$12,600, más un pago anual de RD$500 por renovación, después de los dos años.
