Violencia contra la mujer

En materia de feminicidios, al igual que en homicidios, los números indican una ligera mejoría en nuestro país. De acuerdo a los datos recogidos y publicados por la Procuraduría General de la República el peor año para las mujeres dominicanas…

En materia de feminicidios, al igual que en homicidios, los números indican una ligera mejoría en nuestro país. De acuerdo a los datos recogidos y publicados por la Procuraduría General de la República el peor año para las mujeres dominicanas en las últimas décadas fue 2011, pues fueron asesinadas 233. Se produjo una reducción en 2012 a 196 y así las cosas fueron mejorando también en 2013, cuya cifra final fue 160. En 2014 hubo un ligero revés pues el número aumentó a 180, pero en 2015 se retomó la tendencia y bajó a 158.

A pesar de que hoy estamos mejor que ayer, la cifra de mujeres que mueren asesinadas cada año en nuestro país sigue siendo extremadamente alta y lejos de cantar victoria por la reducción se requiere redoblar los esfuerzos.

Este delito se ha convertido en la principal causa de muerte de las mujeres en el mundo, en su mayoría menores de 35 años, y República Dominicana es uno de los lugares del Caribe con mayor cantidad según el III Informe Internacional “Violencia contra la mujer en las relaciones de pareja” elaborado por el Centro Reina Sofía.

El impacto de esto es serio y abarcador ya que no sólo acaba con la vida de las mujeres sino que destruye familias, situación favorable para que se perpetúe la pobreza y caldo de cultivo para que prosperen inclinaciones a prácticas delincuenciales.

Por ello se necesita más atención, esfuerzos conjuntos y disposición de tomar medidas urgentes, como la definición de una política concreta y un protocolo de actuación, la creación de más centros para mujeres maltratadas y el desarrollo de programas adicionales para concienciar a agresores y potenciales agresores.
Pero aún más importante es la necesidad de educar a una población machista en la que existe una permisividad social al maltrato a la mujer, reflejada incluso en el trato discriminatorio que reciben en ocasiones las víctimas cuando cuentan sus historias y en las leves condenas que imponen algunos jueces en los casos que llegan a los tribunales.

También, se requiere un rol más activo de los que reciben la primeras denuncias (casi siempre policías de la localidad donde ocurre el hecho), pues en muchos casos de mujeres asesinadas se ha confirmado que las mismas habían dado una voz de alerta que fue ignorada.

Y casi siempre la justificación de esta pasividad es que “en pleitos de marido y mujer nadie se debe meter”, frase absurda por la cual hay tantas mujeres maltratadas y asesinadas.

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