El retiro en RD

De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010, la República Dominicana tiene 855 mil 663 personas mayores de sesenta años, llamadas modernamente “envejecientes”.

De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010, la República Dominicana tiene 855 mil 663 personas mayores de sesenta años, llamadas modernamente “envejecientes”.Se trata de personas que entran en una fase de la vida en la cual se asume que la capacidad productiva decrece, y en consecuencia pasan a un régimen de retiro, que no garantiza condiciones de sobrevivencia con dignidad.

En el primer mundo, el umbral para el retiro fue aumentado después de la última crisis económica, y por esa vía muchas personas continúan trabajando hasta los 65 años. Aquí, la edad de retiro plantea serios conflictos. Muchos profesionales prefieren morir al pie del cañón antes que irse a sus casas a sufrir con pensiones miserables.

La tendencia creciente a considerar a “los mayores” personas discapacitadas ha llevado a ciertas instituciones a establecer un límite etario laboral de 45 años. Discriminación que se torna alarmante en ciertas universidades, en las cuales se presume que debían privilegiar personal calificado con capacidad para transferir conocimientos.

Al margen de todo eso, preferimos abordar la cruda realidad de los mayores de 60 años, cerca de un millón de habitantes. La mayoría vive en pobreza extrema o víctimas de abandono. Nada más hay que imaginar el drama de quienes tienen el “privilegio” de recibir una pensión. El 77% no recibe más de seis mil pesos mensuales, que no dan siquiera para morir.

Al menos, ahora 383 mil 514 envejecientes pueden recibir atenciones en los hospitales públicos. Tienen una tarjeta de Senasa. El resto vive una horrible pesadilla.

A la hora del retiro, los trabajadores quedan en total indefensión. Salen del sistema de prestación de servicios de salud, y en el caso de quienes tienen posibilidades para adquirirlos, las aseguradoras les imponen toda clase de obstáculos. No existe ley ni autoridad que imponga reglas obligatorias.

Aproximarse al retiro es colocarse en la misma puerta del infierno. Pero quienes tienen una pensión gozan de ese privilegio. ¡Vaya Ud. a saber! Imaginen la legión de trabajadores por cuenta propia o informal. Están condenados al verdadero infierno, y en qué momento, al final de sus días…

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas