Más allá de la campaña

El ministerio de Salud Pública está preparando otra campaña contra el transmisor del dengue, la chikungunya y del zika, el Aedes aegypti. Algo hay que hacer ante un agente de tanta peligrosidad. Es algo, pero lamentablemente hay que decir que esas&#823

El ministerio de Salud Pública está preparando otra campaña contra el transmisor del dengue, la chikungunya y del zika, el Aedes aegypti. Algo hay que hacer ante un agente de tanta peligrosidad. Es algo, pero lamentablemente hay que decir que esas campañas no salvan del mal.

El Aedes aegypti estará entre nosotros, como en las demás zonas tropicales y subtropicales de amplias regiones del planeta. Por siempre, hasta que la ciencia de los países ricos encuentre la forma de eliminarlo por el medio más efectivo. Siendo así, hay que convivir con ese enemigo.

Eso sugiere que una jornada más no será suficiente. Es algo, insistimos, pero hay que ir más allá. Lo mismo que habría que hacer con otros problemas vinculados al medio ambiente o la sanidad pública.

Hay que trabajar con las personas, con los vecinos, con las comunidades. El mosquito no se elimina matándolo, ni siquiera como se recomendó hace ya demasiados años. No. Es eliminando los factores que propician su incubación y multiplicación.

El Ministerio de Salud, acompañado de otros organismos del Estado, viaja a algunas barriadas, sectores o pueblos y recogen cualquier cantidad de desperdicios y “sanean” una cañada. Eso no resuelve nada. Así de sencillo.

A la gente hay que inculcarle todos los días que es a ella a quien corresponde eliminar los causales. Y trabajar con ella en sus comunidades.

Nada se hace con llevarle un contingente. Son los propios vecinos, en cada sector. Hay, eso sí, que acompañarlos a hacerlo bien.

El manejo y disposición de los desperdicios, todo tipo de desperdicios. El manejo de las aguas, los sistemas de drenajes, en fin, todas las fuentes donde se multiplican los mosquitos. Aún en los escondrijos de las casas. Todo debe ser replanteado.

Sí. Se combaten los mosquitos, pero mediante campañas para toda la vida, acompañadas de acciones y seguimientos. E involucramiento de las autoridades municipales, que suelen ser remisas y actúan al margen de un problema tan serio.

El Aedes aegypti es la peor amenaza a la salud pública. Combatirlo seriamente va más allá de las jornadas. Amerita una visión estratégica de largo plazo, para que menos personas sean víctimas de un agente tan nocivo.

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