La tecnología robustece la fe en registro de electores

En el resultado final de un proceso electoral, la seguridad es básica no solo desde el punto de vista de la transmisión de resultados y el recuento, sino también para la identificación del votante, por lo que el padrón electoral es fundamental…

En el resultado final de un proceso electoral, la seguridad es básica no solo desde el punto de vista de la transmisión de resultados y el recuento, sino también para la identificación del votante, por lo que el padrón electoral es fundamental para evitar suplantaciones y garantizar la confiabilidad del sufragio.

Según explica el director nacional de Elecciones de la Junta Central Electoral (JCE), el organismo ha dado un salto cualitativo en materia tecnológica, esfuerzos que buscan garantizar la credibilidad en los comicios del próximo 15 de mayo así como la certidumbre ciudadana sobre los resultados electorales.
Joel Lantigua asegura que el registro electoral es un elemento de una importancia cardinal para que los resultados finales reflejen la voluntad de los votantes expresada en las urnas.

“Este es un padrón mucho más robusto, más sano, mucho más confiable, porque viene de un proceso construido desde cero. Todo el mundo tuvo que acudir a registrarse, a renovar con su presencia y aportando los documentos para el padrón, pero además, en adición a la foto, está la huella. Se trata de un padrón totalmente depurado desde el punto de data”, afirma el funcionario electoral.

Según archivos de OGM Central de Datos, de elCaribe, hasta el año 1996 República Dominicana desarrolló sus procesos electorales con una lista de votantes en la que sólo aparecía el nombre y el número de cédula del elector. No fue hasta dos años después, en el 1998, cuando se utilizó por primera vez un padrón fotográfico que permitía una mayor identificación del elector.

El director de Elecciones de la Junta, afirma, sin embargo, que el registro de votantes ha ido evolucionando sobremanera hasta llegar a un padrón robustecido a utilizarse en este 2016, el cual contiene los datos fundamentales de los electores, como son nombre, dirección y foto, pero que además, distribuye a los votantes por colegios electorales y recintos.

Pese a las sombras que cobijan actualmente la automatización de gran parte del proceso electoral, Lantigua dice que en la escena del 15 de mayo las tecnologías jugarán un papel fundamental.

La digitalización del registro de electores concurrentes mediante el uso de tecnología aplicada a las huellas dactilares y la automatización en el escrutinio de los votos en los Colegios Electorales excluye en ambos componentes el factor humano de manera directa, y esto supone -según Lantigua- un elemento determinante en la objetividad de la información que se obtenga del ejercicio de los derechos ciudadanos en materia de participación política directa en la elección de autoridades.

El día de la jornada electoral la asistencia de los electores se confirmará de manera electrónica y no manual, eliminando el uso de la tinta en el dedo y la firma física en el padrón por una firma digital a través del “captahuella” que permitirá verificar y registrar al elector que se presente a la mesa correspondiente.

Estos equipos tendrán cargado el padrón conjuntamente con los datos biométricos de cada elector contenidos en la Cédula de Identidad y Electoral, entre ellos, un código QR único que asegura el documento mediante datos encriptados.

Otro cambio sustancial –y que subraya Lantigua- es que los resultados de las elecciones, en su gran mayoría, serán transmitidos directamente de las mesas de votación una vez escaneadas y contadas las boletas. Tras la impresión de las actas, estas serán firmadas por los miembros de los colegios, lo que supone mayor agilidad y transparencia en la transmisión de la data.

“Esa tarea la realizará el escáner o unidad de escrutinio que digitalizará y dará lectura al voto, y lo asignará al partido correspondiente, reduciendo la intervención humana en el proceso y eliminando el descuadre de las actas y otros elementos que resultaban tediosos”, precisa.

Evolución cuantitativa en el padrón electoral

Según datos de la JCE, desde el 1996 al 2016 la cantidad de electores casi se ha duplicado. De 3,750, 502 registrados en el año 1996, se ha pasado a 6,765,136 potenciales votantes en este 2016. El padrón del 2016 con relación al 2012, apenas creció en 262,105 electores (4.03 %), crecimiento inferior al que registró en todos los cuatrienios de los últimos veinte años. De acuerdo con un análisis realizado por el miembro titular de la Junta, José Ángel Aquino, en el período 2004-2008 el padrón aumentó en 743,684 electores (14.81 %), mientras en el período 2008-2012, creció a 738,581 personas (12.81 %). Esa reducción en el crecimiento es el resultado del proceso de depuración al que ha sido sometido, ha afirmado el presidente de la JCE, Roberto Rosario. 

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