¿Evolucionamos?

Llueven las denuncias de que regidores están haciéndose aumentos de sueldos por desempeñar una función que antes era ejercida honoríficamente, sin costo para la población. Un servicio civil por el bien de la comunidad.

Llueven las denuncias de que regidores están haciéndose aumentos de sueldos por desempeñar una función que antes era ejercida honoríficamente, sin costo para la población. Un servicio civil por el bien de la comunidad.Asimismo, también la sala capitular en algunos de esos lugares pensiona a alcaldes y regidores, a veces con sólo seis u ocho años en el servicio público, en violación a la ley de seguridad social y a todo el sistema que regula la Administración Pública. En algunos casos, hasta llevándose de encuentro el artículo 140 de la Constitución de la República, toda vez que estatuyen para beneficio propio.

Todo eso está muy mal. Conduce a otras reflexiones.

Si consideramos que en las pasadas elecciones un alto porcentaje de regidores y alcaldes logró quedarse en sus puestos y que quizás quienes salen de los municipios son los menos, ¿qué habría pasado si se hubiese producido una barrida?

Probablemente el número de denuncias sobre estos ilícitos sería extraordinario. No sólo estaríamos en presencia de los intentos de aumentos para beneficio propio, sino de escandalosas distracciones y repartideras de bienes públicos.

Eso obliga a pensar en lo poco que ha avanzado la sociedad dominicana en transparencia e institucionalidad. Cuando la alternabilidad en el poder se producía, durante el período de transición las instituciones públicas eran literalmente saqueadas. Hasta bienes muebles eran arrasados de determinadas secretarías y empresas descentralizadas.

Como tenemos una continuidad de un partido, han desaparecido esas escandalosas escenas y las descaradas estafas, pero eso no significa que haya avances en el proceder de los servidores elegidos.

Las resoluciones mediante las cuales los regidores y alcaldes pretenden retirarse con pensiones indebidas o aumentan los salarios y beneficios para esos puestos, nos revelan la debilidad de las instituciones y los peligros que acechan.

Cincuenta años después de la continuidad democrática, el país sigue como en los primeros días en muchos ámbitos, porque hay quienes no terminan de darse cuenta que a los puestos no se va a beneficiarse, sino a servir.

Quizás cuando haya procesos de alternabilidad más pronunciada se verificará si evolucionamos o retrocedemos.

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