Producción pimienta ha aumentado en RD

Yamasá. En el año 2015, República Dominicana produjo más del doble de la pimienta cultivada en 2002, fecha en la que, con respaldo de la Agencia de Cooperación del Japón (JICA), se abrieron importantes proyectos. Sin embargo,…

Yamasá. En el año 2015, República Dominicana produjo más del doble de la pimienta cultivada en 2002, fecha en la que, con respaldo de la Agencia de Cooperación del Japón (JICA), se abrieron importantes proyectos. Sin embargo, a pesar de lograr un aumento en la oferta, el país sigue quedándose corto frente a la demanda de la pimienta, una especia que no puede faltar en los hogares ni establecimientos de venta de comida, cuando se trata de sazonar un chivo picante, determinados embutidos y otras recetas del ámbito gastronómico. En el año 2002 se produjeron 39,678.36 kilogramos y en 2015 la cantidad se situó en los 84,421.24 kilogramos. Partiendo de lo que establece el Sistema Métrico, un kilogramo equivale a 2.2 libras, lo que significa que en 2002 las libras de pimienta que aportaron los suelos dominicanos fueron 87,292.3 y en 2015 se incrementaron a 185,726.7 libras.

“El año pasado la producción nuestra llegó a las 84 toneladas, pero el consumo está sobre las 350 toneladas”, dice Hipólito Guzmán, encargado de Proyectos de Pimienta del Instituto Agrario Dominicano (IAD), mientras muestra a elCaribe la finca experimental de esa institución, ubicada en la comunidad Mamá Tingó, de Yamasá, provincia Monte Plata, que sirve de base para el trabajo y cosecha de un conjunto de productores de toda esta zona. Con iniciativas como las empujadas por el IAD se busca colocar la producción nacional más cerca de lo que demandan los consumidores. La finca Mamá Tingó tiene 54 tareas, en las que hay variadas especias, como pimienta, que es su fuerte; canela, malagueta, clavo dulce, cúrcuma, nuez moscada y vainilla. También posee de mecadamia. Los proyectos del IAD son tres. Están ubicados en la comunidad Mamá Tingó, Yamasá; en Tojín (Cotuí) y en Nagua. Tienen viveros y campos de plantaciones madres para producir.

El proyecto donde está la finca experimental de Yamasá inició en 1987. La JICA estuvo involucrada en él por 15 años, hasta concluir en 2002. De ese año a la fecha está en manos del Gobierno a través del IAD (como cabeza) y el Ministerio de Agricultura. Esta última institución es la encargada de los extensionistas. El IAD hace también funciones de extensionismo vía sus técnicos. Por ejemplo, la finca de Yamasá tiene cuatro técnicos, la de Cotuí tiene tres y la de Nagua dos, explicó Guzmán. Todos son del IAD, pero trabajan en conjunto con los de Agricultura. En promedio, los proyectos juntos tienen 1,800 tareas de pimienta.

En carpeta está preparar 1,000 tareas para Tojín, con financiamiento. Para eso se requieren RD$23.3 millones. De pimienta hay en promedio 350 productores. Aunque las fincas experimentales corresponden al IAD (institución que aporta acompañamiento) cada producción corresponde a los parceleros y cada uno de éstos tiene su porción de tierra.

Los técnicos en producción de pimienta que tiene el país han sido formados en Brasil, en Costa Rica y en Japón. “Eso indica que tiene que existir un vaso comunicante entre esos técnicos y cualquier proyecto privado que surja. De hecho, en Yamasá y en Villa Altagracia hay proyectos privados a los que damos cualquier asesoría y apoyo”, dice Guzmán. La inversión en pimienta es un poco alta. El costo por tarea ronda los RD$13,000 en el primer año y en el segundo los RD$8,000, dependiendo de las labores que se realicen. Como si se tratara de una contradicción, en la medida que el costo por año baja, la planta aumenta. Lo que ocurre es que en el primer año debe realizar toda la labor de fomento. La planta de pimienta se sustenta con tutores (árboles que se colocan para que ella se adhiera). En el caso de la finca experimental, el tutor que se usa es un piñón cubano vivo.

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