La UASD ha sido perturbada desde fuera, utilizándose métodos superados en las luchas políticas. Jóvenes encapuchados han sacado de las aulas a profesores y estudiantes, sin lograr que ellos se sumen a sus protestas en el entorno de la institución.
¿Por qué estos desórdenes en el entorno de la UASD? Se ha tomado ese escenario porque ya no pueden movilizar los sectores populares. Lo hacen en un lugar donde concurren miles de estudiantes y con 50 de ellos pueden proyectar una imagen mediática de que existe en el país un ambiente de ingobernabilidad. El propósito es dar a entender que el pueblo reclama por “el fraude electoral” y que en la JCE y el TSE se coloquen (sin decirlo expresamente) a miembros que puedan ser sugeridos por ellos. El planteamiento nada tiene que ver directamente con los intereses académicos de esa institución
La conducta pública que exhibe el PRM y sus aliados luce intolerante, como si ellos fueran los que recibieron el apoyo popular en el proceso electoral pasado.
Deben dejar tranquila a la UASD. Como se sabe, fui rector y profesor de ella por varias décadas y en esa condición conservo vínculos naturales que me permiten saber quiénes son los que propician.
En los años de las confrontaciones mundiales, cuando se reprimía a las fuerzas progresistas, se justificaba que desde las instituciones académicas se realizarán reclamos por las libertades; hasta llegar, incluso, a aportar mártires guerrilleros y revolucionarios. Pero en estos tiempos las luchas de las fuerzas progresistas tienen un campo más libre y con posibilidades inmensas de ganarse el apoyo del pueblo para llegar al poder.
Si se buscan imágenes mediáticas para decirle a la comunidad internacional que se violan sus derechos, deben recordar que el partido de gobierno es altamente respetado por esa misma comunidad internacional, por el ambiente de gobernabilidad y por su capacidad como organización política de haber ganado seis procesos electorales consecutivos en primera vuelta, por encima de un 50%; lo que significa que cuenta con un amplio y firme apoyo popular.
La UASD, reitero, debe dejarse tranquila. Ya no está llamada a jugar un papel de luchas abiertas, sino de participar como academia con sus aportes propios; es decir, mantener sus puertas abiertas a una población para formarse profesionalmente, para ofertar carreras en los plazos y créditos internacionalmente establecidos y para realizar aportes en la innovación e investigaciones.
Ella cumplirá 500 años dentro de 22 años, en el 2038. El país académico debe ser preparado para ese acontecimiento que será siempre con un gran componente internacional. Cuando cumplió el 450 aniversario, nos correspondió ser su rector. No sólo hubo una gran variedad de eventos académicos, culturales y la presencia de un centenar de rectores de América y Europa, sino que previamente celebró un amplio movimiento de rediseño curricular.
Demás está decir, que los principales dirigentes del PLD se formaron académicamente en esa institución; empezando por el Presidente de la República, así como el presidente del partido y expresidente de la República.
Dejar a la UASD tranquila es permitir que su población académica, compuesta por más de cien mil estudiantes, logre sus propósitos de alcanzar una profesión universitaria para beneficio propio, de sus familias y el país. Ella respondió cuando tuvo que hacerlo, dejemos ahora que avance.
