El huracán Matthew y su paso por Haití

La naturaleza se ensaña nuevamente contra Haití, con el paso del huracán Matthews arrastrando vientos hasta cerca de 300 km/hora, sumergiendo cada metro en el caos. El fenómeno hizo contacto con tierra en Punta Tiburón. Las intensas lluvias completan

La naturaleza se ensaña nuevamente contra Haití, con el paso del huracán Matthews arrastrando vientos hasta cerca de 300 km/hora, sumergiendo cada metro en el caos. El fenómeno hizo contacto con tierra en Punta Tiburón. Las intensas lluvias completan el dantesco panorama, con inundaciones, crecidas de ríos y deslizamientos de tierra. Encuentra a su paso una población pavorosamente vulnerable, donde a medida que se remueven escombros, se reabren vías de acceso y bajan las aguas, se descubre el horror de la devastación. Un país que no se recupera del terremoto de enero del 2010, más que nada por las inconsecuencias humanas, que nuevamente un fenómeno natural llena de dolor a la familia haitiana, con cerca de 1,000 fallecidos, miles de heridos y más de 350,000 personas precisando ayuda. Todo, aunque lo oficial diste mucho de esas cifras.

El sureste de Haití se convirtió en una zona de terror con vientos que destrozaron la casi totalidad de las frágiles viviendas y el oleaje embravecido golpeó el litoral sur, y la parte norte de la península, principalmente en la ciudad de Jérémie y la zona turística de Port Salut. Le Nouveliste, el principal periódico haitiano dice: “Una sola palabra describe la situación: desolación”. Un país sin estructuras, el más insalubre de América y de condiciones de pobreza inimaginable, se enfrenta a un riesgo sanitario terrible con la posibilidad de que se recrudezcan los brotes de difteria, regalo de los soldados nepaleses de la ONU. Sin estructuras, personal médico ni medicamentos para combatirla. Los primeros reportes indicaban la falta de agua potable, de alimentos, de electricidad, sin teléfono, con el aeropuerto semidestruido y carencia de medicamentos y elementos para tratar lesionados. Ya Estados Unidos ha enviado un grupo de 9 helicópteros para asistir a las poblaciones aisladas y alimentos de emergencia para ser repartidos. Se supone que un cargamento enviado por la ONU desde Panamá haya llegado. Cuba ha enviado una brigada médica de 38 profesionales con experiencia en desastres, para ayudar de manera puntual.

Fue la ayuda dominicana, nunca bien valorada, la más oportuna, sincera y temprana, cuando el terremoto del 2010 y en esta ocasión la población dominicana vuelve a mostrar su generosidad, al margen de sus aprehensiones, para dar la mano a la devastada población, contribuyendo con el gobierno haitiano en esta hora aciaga. Más que estadísticas, es ayuda puntual la que necesita esa población y asegurarse de que sea realmente recibida por los muchos necesitados y que no se convierta en negocio de unos pocos, como la experiencia enseña. Las organizaciones de prestigio local, deben ser vía para que el aporte voluntario de la población dominicana pueda hacerlo unida a la del sector gobierno, para socorrer en este desastre natural que tanto dolor ha ocasionado. Seamos generosos, otra vez, sin esperar agradecimientos.

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