Los representantes de diferentes entidades de la sociedad civil consideraron ayer que el hecho de que el país “se haya convertido en un trayecto para el tráfico internacional de drogas”, ha incidido en el incremento de la inseguridad ciudadana.Durante su participación en el seminario “Impacto del crimen internacional y el narcotráfico en la seguridad ciudadana”, la coordinadora general de Participación Ciudadana, Josefina Arvelo, explicó que entre el intercambio de drogas y las actuaciones de los narcotraficantes se da una serie de acontecimientos que contribuyen a que la ciudadanía se sienta cada vez más insegura.
Arvelo llamó a las autoridades a jugar su rol, pues a su entender, las instituciones que tienen que ver con esos temas (la Policía y la justicia), se han dejado sobornar en algunos casos y han permitido que gente ligada al narcotráfico y tráfico de armas, no hayan sido juzgadas en función de las pruebas que han sido presentadas y en consecuencia, han sido dejadas en libertad. En la actividad, el procurador adjunto de la Procuraduría Especializada en Antilavado de Activos, Germán Miranda Villalona, expresó que los países que luchan contra las drogas deben evaluar juntos la situación para tomar políticas públicas que ayuden a disminuir el tráfico y los problemas derivados de esa actividad ilícita.
Mientras que el director del departamento de Reducción de la Demanda del Consejo Nacional de Drogas (CND), José Antonio Tejeda, dijo que según el Informe Mundial Sobre Drogas 2016, presentado por la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNDOC), se calcula que 1 de cada 20 adultos, es decir, alrededor de 250 millones de personas entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una droga en el 2014.
También expresó que más de 29 millones de personas que consumen drogas sufren trastornos relacionados a esas sustancias, y que 12 millones de esos son consumidores de drogas por inyección, de los cuales el 14% vive con VIH.
En cuanto a la relación entre consumo de drogas y violencia, explicó que “la marihuana parece disminuir la agresividad, mientras que la cocaína puede llegar a estimularla, y en el caso de la heroína, está más vinculada a los delitos contra la propiedad que a la violencia de los usuarios”.
