Otra conmoción

Superado el difícil trago de la elección de la JCE, pero el mal sabor de nuestra generalizada precariedad institucional nunca acaba. El sistema judicial es uno de los acostumbrados “protagonistas” de esta desgracia dominicana. Es frecuente,…

Superado el difícil trago de la elección de la JCE, pero el mal sabor de nuestra generalizada precariedad institucional nunca acaba. El sistema judicial es uno de los acostumbrados “protagonistas” de esta desgracia dominicana. Es frecuente, por ejemplo, que alguien que se suponía en prisión por delito o crimen, aparezca en plena libertad y disfrute civil. Los que secuestraron a la Defensora del Pueblo tenían condena de 20 años de prisión desde 2015, y qué decir del patanista que provocó la muerte de 18 personas en el tramo carretero Sánchez-Nagua. Libre y haciendo de las suyas, reincidiendo en violaciones extremas al orden vial. Ante estos recientes alarmantes ejemplos del estado de nuestra justicia y leyes, queda preguntarnos, conmovidos, adónde vamos cómo país. 

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