Requiere el respaldo de la Nación

Ya el país tiene nuevas autoridades en la Junta Central Electoral (JCE), que venía siendo piedra de choque, manzana de discordia. Aunque no lo hayan proclamado como debe ser, aparentemente hay conformidad con la composición de ese importante órgano&#8

Ya el país tiene nuevas autoridades en la Junta Central Electoral (JCE), que venía siendo piedra de choque, manzana de discordia. Aunque no lo hayan proclamado como debe ser, aparentemente hay conformidad con la composición de ese importante órgano del Estado y la sociedad dominicana. Objetaron la forma pero sutilmente acogieron el fondo.

Lo importante para los dominicanos es que se supera la tensión política. Es bueno para todas las partes. Cierta tranquilidad y tiempo para los actores. A la oposición, para que se empeñe mejor en el crecimiento más que en el “luchismo”, y al gobierno peledeísta, para cumplir su responsabilidad de trabajar para el avance social y económico.

Es importante además que ese estamento del Estado se recompusiera en los términos establecidos en nuestro sistema institucional, mediante el cumplimiento de los protocolos.

Queda por delante el accionar de los nuevos miembros de la JCE. Su nuevo presidente, doctor Julio César Castaños Guzmán, declaró que la misión que comparte con los demás miembros es garantizar la organización de las elecciones de 2020, resguardar el Registro Civil y mediante el mismo cuidar los atributos de la personalidad de los ciudadanos. Es decir, proteger la seguridad jurídica de las personas, de las familias, para que, como él ha dicho, “nuestra nacionalidad no se diluya y se desmorone por falta de celo legal en el otorgamiento de la misma”.

En tiempos en que la seguridad de los dominicanos enfrenta amenazas como las migraciones, los crímenes y delitos electrónicos en sus más variadas expresiones, el narcotráfico, la trata de personas y toda clase de falsificaciones, la JCE juega un papel fundamental para la República Dominicana.

Están muy claras las tareas. Lo establecen las leyes y la Constitución y eso lo entienden quienes están a bordo, con el conocimiento acumulado y el sentido del deber. Es su compromiso.

Una institución con esas características y delicadas funciones necesitará siempre el respaldo de la Nación. 

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