Los dolores de cabeza por Duquesa

Durante décadas, los ciudadanos de la ciudad Capital dominicana, los gobiernos nacionales y los gobiernos locales del Gran Santo Domingo han sufrido grandes dolores de cabeza por los graves problemas ambientales y sociales generados por las pésimas&#823

Durante décadas, los ciudadanos de la ciudad Capital dominicana, los gobiernos nacionales y los gobiernos locales del Gran Santo Domingo han sufrido grandes dolores de cabeza por los graves problemas ambientales y sociales generados por las pésimas operaciones del mal ubicado y mal manejado vertedero de basuras mixtas no clasificadas denominado Duquesa, pues cuando no es una densa humareda que cubre la zona es el lixiviado contaminante de las aguas subterráneas, cuando no es el lixiviado son los malos olores y las plagas de ratas que aumentan la leptospirosis, cuando no son los malos olores y las peligrosas ratas que viven en ese lugar son los pleitos entre los “buzos” que sobreviven del reciclaje informal, y cuando no son los pleitos entre “buzos” son los pleitos económicos entre los operadores del vertedero y los alcaldes que envían basuras a ese inadecuado lugar que hace décadas debimos cerrar y reubicar como relleno sanitario en otro solar.

El vertedero de Duquesa nunca ha tenido una membrana geotextil impermeable subsuperficial que evite la contaminación de las aguas subterráneas con los grandes flujos de lixiviados tóxicos generados por el contacto entre las lluvias, los desechos químicos, los desechos hospitalarios, y los metales pesados tóxicos como las baterías con ácido-plomo, baterías níquel-cadmio, mercurio, arsénico; cobre, etc, sabiendo las autoridades que muchos comunitarios de la zona de Los Guaricanos se abastecen de aguas subterráneas, y que cuando los lixiviados son muy ácidos aumenta su capacidad para disolver metales y con ello aumenta la concentración de metales pesados tóxicos en las aguas subterráneas, lo cual es muy peligroso para la salud de quienes consumen esas aguas diariamente porque muchos metales pesados tienen la particularidad de acumularse en el cuerpo humano al no poder eliminarse.

Pero como el vertedero de Duquesa nunca ha tenido una membrana geotextil impermeable para retener los lixiviados, tampoco ha tenido una planta de tratamiento para separar las aguas de los contaminantes líquidos que serían retenidos en la membrana geotextil a fin de evitar contaminación del subsubsuelo, como tampoco ha tenido colectores de gas metano (CH4) para su uso en la producción de energía para las comunidades vecinas o para su uso como combustible en vehículos recolectores de basura, lo que indica que los gases producidos por la descomposición de la materia orgánica se escapan a la atmósfera contribuyendo al calentamiento global, ya que el gas metano es el segundo gas responsable de un evidente incremento térmico preocupante que amenaza al clima y a la biodiversidad, pero muy especialmente a la humanidad, de forma alarmante.

En el vertedero de Duquesa nunca se ha instalado una verdadera estación de clasificación de los desechos sólidos que llegan transportados en los camiones, de forma tal que los metales sean separados y clasificados para ser reutilizados por la industria metalúrgica; que los vidrios y los plásticos sean separados y destinados a su reutilización comercial, que los papeles y cartones sean aprovechados para disminuir el consumo de celulosa proveniente de la tala de los bosques, en fin, para aprovechar el 80% de las 3,500 toneladas de basuras que cada día son recolectadas en el Gran Santo Domingo para ser llevadas a Duquesa, aunque se dice que por la falta de adecuados controles se reporta más basura de lo que realmente ella pesa.

Entonces, si el vertedero de basuras de Duquesa ha sido siempre un dolor de cabeza, ¿cómo es posible que ahora se quiera triplicar, cuadruplicar y quintuplicar el cobro por la mala gestión y la fea disposición en un vertedero que sólo produce conflictos y contaminación?, cuando lo correcto sería que el gobierno dominicano y el sector privado comiencen de inmediato a explorar el subsuelo de la zona norte de Santo Domingo para escoger el lugar arcilloso más impermeable y convertirlo en un verdadero relleno sanitario dividido en celdas regulares, con membrana geotextil impermeable, con un colector de lixiviados y una planta de tratamiento para los lixiviados; con un sistema colector de gas metano y una planta eléctrica que opere con ese gas metano; y con una estación separadora y clasificadora de metales, vidrios, plásticos, papeles y cartones, trabajo este último que bien podría ser realizado por quienes hoy trabajan como “buzos” informales, pero convertidos en empleados formales, bien pagados, bien alimentados y con buenos planes de salud, pues solamente cumpliendo con todos estos requisitos sanitarios y ambientales se podría justificar aumentar las tarifas y cobrar lo que realmente cuesta disponer adecuadamente las basuras urbanas de la Capital, con lo cual Duquesa dejaría de ser un gran dolor de cabeza para convertirse en una importante industria provincial.

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