La JCE satanizó los escáneres

La actual Junta Central Electoral le ha dado la estocada final al tema de los escáneres adquiridos por la anterior gestión y ha contribuido a echar por la borda la posibilidad de que pudieran tener alguna futura utilidad.

La actual Junta Central Electoral le ha dado la estocada final al tema de los escáneres adquiridos por la anterior gestión y ha contribuido a echar por la borda la posibilidad de que pudieran tener alguna futura utilidad.

Al proclamar que no están satisfechos con el desempeño de los aparatos en el pasado proceso, y de paso avalar un informe técnico hecho con ánimo retaliativo, el presidente del órgano comicial terminó de clavarle la última banderilla, de tal suerte que el destino más probable de los citados instrumentos es la basura.

Hablamos de 40 millones de dólares, que a la tasa del mercado de divisas son casi dos mil millones de pesos, suficientes para construir una carretera decente entre Barahona y Oviedo y darle valor real al potencial turístico de esa costa, cuya visual es única en el planeta.

Pienso que en vez de demeritar aún más los equipos—si es que les cabía más lodo—, la JCE debió liderar una posible solución con un acuerdo entre la empresa suplidora y los partidos políticos, con el fin de adecuar los equipos para su uso en las próximas elecciones. Es decir, que mediante la implementación de un software evaluado y aceptado por todos salvarlos del vertedero.

De ser posible, y para mayor garantía, contratar a expertos extranjeros que asistieran a los técnicos de la empresa que en coordinación con técnicos de los partidos y los de la Junta, llevaran a cabo la tarea de actualizar los equipos a los requerimientos necesarios.

Se supone que una solución tecnológica es, esencialmente, un software que se ajusta a las necesidades puntuales, por lo que garantizar un performance a la medida del cliente es algo que las empresas del sector hacen diariamente.

El problema ahora radica en que la propia Junta se descalificó para encabezar una solución con esos equipos, pues concedió razón a partidos que en los pasados comicios se empecinaron—y todavía persisten—en atribuir su derrota a la supuesta mala calidad de los escáneres, cuando la realidad es que, con o sin escáner, 62 son más que 38.

¿Qué puede hacer la Junta en este trance para las próximas elecciones? ¿Planea comprar nuevos escáneres? Esta última posibilidad, de plantearse, debe levantar un movimiento en contra, ya que sería criminal sacarle otros 40 millones de dólares a un país que, precisamente, de lo que más carece es de recursos.

Uno se resiste a creer que entre los planes de la JCE esté adquirir más equipos. Pero mientras lo creamos o no, el Gobierno debe prepararse para decirle un rotundo no a la posibilidad de arrojar a la basura otra suma similar de nuestros impuestos.

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