Roberto Rodríguez Marchena tuiteó: “Mientras unos tontitos “descubren” ahora que los pobres viven en casitas feas y destartaladas propias de su condición, los mismos pobres de Gualey, Sabana Perdida y otros barrios, tienen la inteligencia de entender la trascendencia del Teleférico de Santo Domingo en sus vidas”. Nadie, en sano juicio, regatea la importancia del teleférico, no sólo para los “pobres” que viven en “casitas feas y destartaladas propias de su condición”. Vaya desliz de la conciencia, como si la pobreza fuese un estado natural, como si viniese dada en el ADN, o por obra de Dios. Tontitos, sí, pero no tanto como para no ver el drama de la marginalidad amplificada bajo el teleférico. El Presidente pudo constatarlo.

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