Leonel, contra el reloj para cumplir asuntos pendientes

Transitando la ruta que marca el final de dos gobiernos consecutivos, al presidente Leonel Fernández le quedan por cumplir importantes proyectos, planes y promesas.

Transitando la ruta que marca el final de dos gobiernos consecutivos, al presidente Leonel Fernández le quedan por cumplir importantes proyectos, planes y promesas.El tiempo avanza veloz y el mandatario que más ha gobernado el país en las últimas dos décadas, enfrenta el reto de responder, antes del 16 de agosto, exigencias puntuales como la reducción de la pobreza, el desempleo y el déficit habitacional; mejorar el servicio eléctrico y fortalecer la política de seguridad ciudadana, como aspiró y prometió desde que juró nuevamente como Presidente de la República.

“No podemos continuar con un Estado que no sea capaz de reducir la pobreza, preservar el medio ambiente y los recursos naturales, así como crear las condiciones necesarias para superar el hambre, el desempleo y la falta de viviendas”. Esta cita corresponde al discurso pronunciado por Fernández en la ceremonia de rendición de cuentas del 27 de febrero del 2005, cinco meses más tarde de asumir el poder por segunda ocasión, desde su primera investidura en el 1996.

Y cinco años después,  tuvo que admitir ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que a pesar del crecimiento alcanzado por la economía, la República Dominicana tiene pocas probabilidades de reducir la pobreza en un 50 por ciento en los próximos cinco años.

La mala noticia que a finales del 2010 Leonel dio a conocer en ese escenario internacional, está basada en el último informe sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), difundido en el 2010 por el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo.

El año pasado, la economía creció hasta un rango del 4.5 por ciento del PIB, una cifra que las autoridades elogiaron como pionera en América Latina. Para el 2012, el Banco Central espera una tasa de incremento del PIB ubicada en el rango del 4.5% y 5%, que incluso supera el 3.3% de crecimiento mundial estimado para este año por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el 3.7% para América Latina y el Caribe, de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

Pero este crecimiento no sintoniza con la marcha hacia el cumplimiento de los ODM. Para el 2015, año en que los 147 países que en el 2000 suscribieron la Declaración del Milenio, República Dominicana tiene proyectada una tasa de pobreza extrema de 7.4 por ciento, superior a la meta de reducirla al 5.4 por ciento.

El desempleo y la falta de vivienda siguen siendo dos puntos considerables en la agenda presidencial.

El nivel de desocupación se sitúa actualmente en un 15 por ciento. La Cepal indica que el promedio en los países de la región oscila entre 7% y 7.2%, lo que sitúa a República Dominica por encima del nivel de la tasa de desocupación común en naciones latinoamericanas.

Cuando se dio a conocer el informe de los ODM, el déficit habitacional, según la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se estimaba en un millón 96 mil viviendas. Este organismo decía que para solucionarlo, se requieren de unos 7 mil 800 millones de dólares.

Para justificar el incumplimiento de estas variables, el presidente Fernández lo atribuyó a la crisis bancaria que afectó la economía dominicana en el 2003 y al trance financiero que inició en los Estados Unidos y que luego se extendió por todo el mundo.

Pero este planteamiento fue severamente cuestionado por diversos sectores de la vida nacional, que incluyó la cúpula empresarial, quienes entendían que al margen de los factores externos citados por Leonel, este crecimiento económico debió reflejarse de alguna manera en mejores condiciones de vida para los dominicanos, postura implícitamente  refrendada por el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, en la presentación del informe de los ODM.

Montás dijo que para alcanzar las metas propuestas para el 2015 “no basta con la preservación del crecimiento económico, ni con la ampliación de los programas de asistencia social. Es necesario impulsar una política fiscal redistributiva y fortalecer la institucionalidad”, expuso.

Promesas

En el 2005, Leonel dijo que una de las prioridades de su gobierno era propiciar el desarrollo de Pedernales y Barahona. Habló de un “Plan de Desarrollo Turístico del Suroeste” que los munícipes de esta zona siguen esperando su materialización, para rebasar las precariedades que históricamente han padecido estas localidades de la parte sur del país.

Igualmente, hace siete años prometió instalar laboratorios de computadoras y el programa de educación bilingüe en todas las escuelas públicas. También, construir los primeros comunity colleges y todavía no ha podido inaugurar el primero que comenzó hace ya varios años en el municipio Santo Domingo Este.

Del sector eléctrico nacional, en el 2005, el presidente Fernández habló de un plan de reforma integral que incluía “garantizar el suministro de energía en más del 70 por ciento de los barrios afectados por apagones”.

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