El éxito en la TV tiene su precio

Tener éxito no es un asunto fácil, en ningún campo se puede triunfar, salvo pocas excepciones, de la noche a la mañana.

Tener éxito no es un asunto fácil, en ningún campo se puede triunfar, salvo pocas excepciones, de la noche a la mañana. En la televisión, por ejemplo, viene ascendiendo una nueva camada de mujeres jóvenes que, quizás pocos recuerdan, ya tienen unos buenos años recorriendo programas y canales con poca incidencia, hasta que finalmente lograron una gran oportunidad para entrar a una empresa de alcance nacional.

Telemicro, canal 5, es un laboratorio de donde han surgido talentos que recibieron allí su primer chance, no solo en el humor, sino también en el renglón de la animación. Uno de esos casos es la talentosa Jenny Blanco, que demostró sus posibilidades en la competitiva televisión del mediodía, y con su fichaje como talento para la alfombra roja de los Premios Soberano tuvo un empuje envidiable.

Pero Jenny Blanco no llegó ayer a la televisión y, como mujer, sortea los puntapiés propios del mundillo de la farándula, sobre todo las dificultades que una joven sin experiencia, bonita e ingenua (cuando empezaba) debió combatir para llegar adonde está hoy. Recuerdo que en una de las concurridas ediciones del Latin Music Tours del empresario y tour operador Fernando Quezada, la Blanco asistió acompañando a uno de esos zorros hambrientos que se mueven en la farándula.

Jenny no tenía mucha experiencia, y parece que llegó al hotel convencida de que esa era una gran oportunidad para compartir entre periodistas, y que debía socializar –según el zorro que la asesoraba– con todos, pero más con él mismo, a un punto que la pobre jovencita  vivió una amarga experiencia cuando puso un stop cuando vio que su integridad moral estaba en juego.

Jenny fue en ese momento el tema entre colegas, porque todos nos sorprendimos de cómo ese zorro veterano todavía seguía tan activo en esas prácticas inapropiadas entre la nueva camada de periodistas que se abrió paso en los medios a partir de los 90. El de Jenny Blanco es solo un caso, de los tantos sinsabores y malas experiencias que viven muchas jóvenes de la televisión para poder triunfar en la televisión dominicana.

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