Pensar que un 3 de abril del 1973 (hace ya 40 años) Martin Cooper, ejecutivo de Motorola, llamó a su principal competidor Joel S. Engel de AT&T para indicarle que le estaba llamando desde un teléfono celular completamente funcional, con lo que daba inicio a la comunicación móvil y la nueva era de la comunicación celular.
Hoy, el celular tradicional va en decrecimiento y cediéndole el terreno a los llamados Smartphones o teléfonos inteligentes. Solo para que tengamos una idea de lo que representa este mercado para el 2013 se esperan ventas de 1,875 millones de celulares a nivel mundial, de los cuales hay 1,000 millones que serán teléfonos inteligentes, lo que significa un crecimiento de 325 millones de teléfonos inteligentes más que en el 2012, para un crecimiento de un 48.15% tan solo de un año a otro, según cifras de la consultora IDC.
Esta guerra de Smartphones la lideran Apple y Samsung, entre otros, con sus famosos modelos Iphone y Galaxy respectivamente. Si a esto le sumamos el descrecimiento de las ventas de PC a nivel mundial y el aumento de las ventas de tabletas, todo apunta a que las empresas deben de comenzar a diseñar su estrategia de servicio y contacto con sus clientes a través de aplicaciones para dispositivos móviles o los llamados (App), ya que el usuario de las próximas generaciones (los niños de hoy) van a demandar prácticamente todos sus servicios a través de teléfonos inteligentes, y difícilmente vayan a visitar una tienda, farmacia o banco, de manera física.
Nuestro gobierno debe, desde ahora, comenzar a diseñar un plan estratégico a nivel tecnológico y de telecomunicaciones que pueda satisfacer la alta demanda de ancho de banda, infraestructura y servicios que se avecina en los próximos años, ya que entre los indicadores de productividad los organismos internacionales comienza a dar importancia a la infraestructura de servicios tecnológicos que los países ofrecen a los nuevos inversionistas, empresarios y a las nuevas generaciones.
