Socorro Castellanos: “Ninguna persona está preparada para perder un hijo”

Socorro Castellanos guarda en su memoria que su sueño de niña era convertirse en bailarina de ballet y ser pintora.

Socorro Castellanos guarda en su memoria que su sueño de niña era convertirse en bailarina de ballet y ser pintora. Luego que tuvo un poquito más de conciencia amaba las artes plásticas en toda su dimensión. Lo que nunca pensó fue que llegaría a ser una figura de la televisión. Tras 47 años ininterrumpidos en la televisión, la veterana comunicadora y conductora afirma: “Yo creo que la vida me tenía guardado el premio más grande, que ha sido el trabajo que me ha tocado hacer durante toda mi vida, el único. Ese trabajo tan maravilloso que ahora se ha desdoblado”.

Para ella es una gran satisfacción todas las veces que en el país han reconocido la calidad y trascendencia de su trabajo. Asegura que ese ha sido el motor que le permite continuar haciendo lo que hace. “Todos los reconocimientos que un ser humano pueda desear en la vida los tengo yo, afortunadamente. Pero el mayor reconocimiento que yo tengo, y lo percibo más que nunca ahora, es el cariño que yo siento que tiene el pueblo dominicano por mi persona”.

Mi niñez
Tremendamente feliz en Santiago de los Caballeros al lado de papá, mamá y mi hermano mayor Johnny. Ahora mismo para mí, mi niñez constituye, quizás, el mejor recuerdo de toda mi vida, esa vida que yo tuve en la casa paterna. Era una niña tremenda e inquieta, me decían marimacho, me encantaban todos los deportes de los varones. Siempre pasaba de curso, aunque no era muy buena estudiante, me gustaban más las artes,  como escribir. Recuerdo de Santiago, el Santiago chiquito que me tocó vivir, la parte más amable de la vida mía entre juegos, primos, vacaciones familiares y muchas tías, esta etapa es la parte más feliz de mi vida.

2. Mis padres
Mi papá, Miguel Castellanos, y mi mamá, Ana Tavárez, fueron una pareja que estuvieron felizmente casados durante 55 años. Mi padre murió joven, era una persona muy amistosa, le gustaba hacer bromas, tenía mucho sentido del humor. Era un hombre que le encantaban los niños, fue un papá exigente que daba pela aun uno grande, pero muy amoroso. Mi mamá fue una mujer que todo lo que tocaba con las manos lo transformaba en belleza, fue la clásica ama de casa dominicana, muy amante de su casa, de sus plantas, de sus platos y de la cocina. Una mujer muy virtuosa que afortunadamente está conmigo a sus 97 años.

3. Mi llegada a Santo Domingo
Llego a la ciudad de Santo Domingo porque me casé a los 20 años. Me casé con el papá de mis hijos. De ese matrimonio nacieron tres hijos: Willy Guillermo Pumarol, Johanna Amelia y Jaime.  Son tres muchachos que salieron muy buenos y cercanos a mí siempre. Yo no recuerdo haber estado separada de ellos, siempre he tenido la suerte de vivir muy cercana a mis hijos, hemos sido cómplices. Todo el que nos conoce sabe de la relación  que tengo con ellos, he trabajado mucho, pero siempre al lado de ellos.

4. Amigos
Gracias a Dios que tengo los amigos de toda la vida. Los amigos míos son los mismos amigos que yo tenía en la escuela y no importa los años que pasen, mis amigos están ahí. Tengo un gran concepto de lo que son los amigos, y no tengo más porque los abandoné a toditos por un matrimonio y cuando éste se terminó estos me dijeron: “uju uju, tú nos dejaste a nosotros y ahora qué”. Yo me las vi negras, todo el mundo tenía su grupo y para lograr incorporarme fue muy difícil, por eso los amigos nunca deben dejarse, ellos son la verdadera familia, tu familia se va terminando y te quedan solamente los amigos, los amigos siempre están, los verdaderos amigos los sinceros y leales. Yo, afortunadamente, tengo la dicha de tener muy buenos amigos y amigas.

5. Una creencia
Creo en Dios en lo absoluto como una respuesta a la vida misma. Creo en Dios y tengo fe, porque para creer debes tener fe, eso es lo más importante para mí en estos momentos, lo fue siempre, pero no lo practicaba; ahora lo estoy tratando de practicar, vivo con un temor a Dios, constantemente visito la iglesia Más que Vencedores. Yo no sabía antes lo importante que era estar congregado, ahora lo sé, tú no estás solo, te dan toda la fuerza necesaria, muchas veces uno flaquea y se cae en el camino. Lo importante aquí es que tú encuentras siempre la mano que te levanta y muchas veces tú aprendes que la herramienta está en ti y te levantas solo.

6. Un momento terrible
Lidiar con mi enfermedad ha sido uno de los momentos más terribles. Cuando me dijeron que estaba sufriendo una isquemia yo no lo quería creer, en ese momento estaba cuidando a mi hija con su enfermedad y pedí que me la pusieran a mi lado, yo sabía que no me podía morir porque tenía que cuidar de ella. Cuando me dieron el diagnóstico lo que hice fue que me acomodé en la camilla y me pasó lo más importante  de mi vida en un flash. Fue un momento muy complejo porque yo sentí que no podía morir, Dios me premió y mi hija me cuidó muy bien, es decir, se invirtieron los papeles; entonces ella me cuidó a mí, estuve tres meses en una cama de posición y gracias a Dios me recuperé muy bien y con terapia y mucha voluntad, el Señor me dejó aquí.

7. La muerte de mi hija
Fue un momento sumamente difícil, eso fue devastador, sobre todo, con una enfermedad dolorosa como es el cáncer, un cáncer que fue implacable, que salió, salió y volvió a salir y por más que hicimos no pudimos. Eso no se puede hablar ni contar porque es inenarrable, el ser humano no está preparado ni capacitado para perder un hijo, uno piensa que por ley de vida ellos son los que van a enterrar a uno; es más, uno no lo piensa nunca que uno debe enterrar a un hijo. Vivir esa experiencia es inenarrable. Yo escribí un libro y al primer año de su fallecimiento fue que lo puse a circular, en esa obra lo que quise fue contar lo dolorosa que es esa enfermedad. 

8. El premio que ganó mi libro
Una de las grandes alegrías que he tenido últimamente es haber recibido el premio mundial  “Gourmand World Cookbook Awards” que ganó mi libro en París, Francia. El libro “Sabor de mi tierra” también es un regalo de Dios. Es una obra que habla exclusivamente del origen  de la cocina dominicana y las influencias que tuvo para ser la cocina que es al día de hoy, salvando las recetas viejas que son la realidad nuestra, que no desaparezcan y sirvan para que las nuevas generaciones encuentren  su identidad en cuanto a la comida se refiere. Este premio me causó muchísima satisfacción. La primera sorprendida fui yo cuando supe que el libro estaba participando, fue la editora Aguilar la que lo puso a participar, esa distinción causó mucha alegría.

9. Mi designación en Cuba
Todo lo aprendido en la comunicación avala todo mi trabajo como Ministra Consejera de la embajada dominicana en Cuba. Allí yo me ocupo de todo lo que sea cultura. Para mí es una experiencia extraordinaria porque cuando tú estás fuera de tu país, trabajando para tu país y proyectándolo, creo que todo el mundo debe de ser embajador de su país para hablar solamente de lo bueno. Ese es un compromiso muy grande y muy hermoso. También en Cuba estoy haciendo un programa de radio basado en la gastronomía del Caribe y en las similitudes que tenemos como isla en la alimentación. Es algo parecido al libro que yo escribí.

10. El asalto vivido
Uno no sale de la impotencia, del asombro, uno no piensa nunca que te va a pasar a ti. Sin embargo, uno ve la realidad, la terrible realidad, en el peligro que nos encontramos es algo que uno piensa que no se va a poder liberar nunca de esa incertidumbre. Ojalá que no le pase nunca a nadie. Vemos con mucho dolor personas que a diario siguen pasando por estos momentos. Y los casos que salen en la prensa son mínimos con la realidad que acontece todo los días. Hay personas que están en peligro de muerte cuando las atracan, que salvan sus vidas milagrosamente y quedan vivas para contarlo.

Ha sido mi gran premio mayor

Llegué a la televisión hace 47 años, ininterrumpidamente, inicié con el programa “Buenas tardes a la orden”.  Comenzó como un programa femenino y se abrió durante los 25 años que duró a ser una revista de variedad para la familia que al principio se transmitía por Radio Televisión Dominicana y luego por Color Visión. Ese programa me parecía como una epopeya, tenía su segmento de lectura en el que se incentivaba a leer, se regalaban libros. Era una revista muy completa de la vida misma, se reflejó ahí todo el crecimiento y la evolución de una persona, en especial las mujeres se reflejaron en ese programa. Luego yo me fui a hacer otro tipio de televisión, como es el Show del mediodía, y de ahí pasé a hacer televisión de noche, trabajé en el programa “De noche” y en “Punto final” con Freddy Beras Goico. Ese programa era una producción mía y de Freddy, es decir, el programa era nuestro y de Color Visión. Ahí duré alrededor de 13 años. En los años 90 hice “Entrega especial” en Teleantillas, por cinco años, fue uno de los programas que más me gustó, después hice “A buen tiempo” y “Alta cocina”.

Ser madre
“Es lo más maravillo que le puede pasar a un ser humano.  Yo creo que cuando tienes a ese primer hijo comienza lo que es tu verdadera vida”.

Programa
“En Cuba estoy haciendo un programa de radio basado en la gastronomía del Caribe y en las similitudes que tenemos como isla en la alimentación.

Un destino
“A mí me encantó Montevideo, Uruguay, yo siempre había querido ir, por aquello de que ese lugar es como la Suiza chiquita americana”.

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