San Cristóbal tiene mercado nuevo que no quiere usar

El hedor de la basura acumulada en sus calles hace el día más incómodo y pesado a compradores y vendedores que se dan cita en el mercado de San Cristóbal, lugar donde la falta de higiene hace vida común con los productos. Este lugar…

El hedor de la basura acumulada en sus calles hace el día más incómodo y pesado a compradores y vendedores que se dan cita en el mercado de San Cristóbal, lugar donde la falta de higiene hace vida común con los productos.

Este lugar opera en precarias condiciones pese a que hace años una nueva edificación fue construida, pero no ha empezado a usarse.

Ubicado en el centro del municipio cabecera, entre las calles María Trinidad Sánchez, Modesto Díaz, Juan Tomás Díaz y Florencio Araujo, el mercado se vuelve cada vez más desastroso para la comunidad y para los mercaderes, pues el desorden impera en sus alrededores.

El mal estado de sus calles, los tapones de vehículos, el ir y venir de la gente y el pregón de las verduleras, son dignos representantes del día a día de esta plaza pública. Las pilas de tomates, ajíes, tayotas, berenjenas y plátanos son de los productos que adornan las mesas de estos vendedores, como si se tratara de una exhibición de moda. Las ventas artesanales se dan dentro de la edificación. Productos en el suelo, basura, aguas residuales son parte de los componentes de las calles de este mercado. Pese a esto los minoristas continúan laborando de manera habitual en estas áreas envueltos en los malos olores y el lodo. A pesar de los intentos de rescatar ese mercado, la lucha ha sido en vano. Estas instalaciones fueron clausuradas en la década de 1970 por el doctor Miguel Martínez, quien fungiera como director del Hospital Juan Pablo Pina en ese entonces.

Mientras el alto grado de contaminación e insalubridad arropan esta plaza pública, los mercaderes se niegan a irse del lugar. Su negativa a irse del lugar es la distancia del nuevo centro y las incomodidades que dicen representaría para los compradores.

Se quejan de que el nuevo mercado, construido en el gobierno de Leonel Fernández y bajo la gestión del exalcalde José Montás, a un costo de 200 millones de pesos, “está muy lejos y ahí nadie va a ir a comprar”.

“No supieron ubicar ese mercado en una dirección correcta que los consumidores puedan llegar fácil, además aquí somos muchos y no cabemos”, dijo Florentino de los Santos, quien lleva 15 años trabajando en la zona. Agregó que las autoridades actuales “no hacen nada con llevarse un grupo al nuevo mercado y dejar a los demás aquí”, expresó, mientras pesaba una yuca para un cliente.

Para otros mercaderes, sin embargo, ser reubicados en las nuevas instalaciones, que llevan 2 años construidas y sin uso, sería un logro. “Yo quiero ser ubicado en el nuevo mercado pero esta gente no quieren resolver”, indicó Rudy Rodríguez, un vendedor de frutas.

Francisco Fernández, vendedor de ensaladas y legumbres, quien dijo sentirse indignado, puesto que no quiere mudarse a las nuevas instalaciones, “nadie va a coger por ahí tan lejos a gastar 100 pesos de pasaje para comprar una ensalada”, ¿A quién le voy a vender mi mercancía por ahí tan lejos?, expresó con voz triste mientras picaba repollo para empacar.

La misma situación la vive una señora vendedora de gandules y la cual se negó a identificarse, “nadie va ir tan lejos a comprar un chin de verdura y un chin de ají, aquí estamos bien”, así se pronunció mientras desgranaba sus gandules.
“Lo que tienen que hacer las autoridades es arreglar este, poner mesitas y limpiar este entorno que ahora porque está el cólera es que vienen y hacen un allante, agregó con voz enérgica.

En tanto Samuel de la Rosa, otro mercader de este mercado, explicó que al momento en que la pasada gestión inauguró el nuevo mercado no se tomó en cuenta que ellos eran muchos, y no iban a caber en las nuevas instalaciones, además de lo lejos que está ubicada la obra.

Las hortalizas que allí se venden son humedecidas con agua de cualquier tubería rota que se pueda encontrar en el área, así como las carnes que se venden en estos puestos y cuyos desagües van a dar al contén provocan hedores nauseabundos, que en lugar de atraer la clientela las espantan.

Mal distribución

Bienvenido Araujo, actual secretario general del ayuntamiento de San Cristóbal, explicó que al 85% de esos mercaderes no se les asignó casillas en las nuevas instalaciones y que ahí comenzó el conflicto, pues les fueron asignadas a personas que no vendían en el lugar.

Añadió que los contratos fueron revisados por los regidores del cabildo en el 2010 y presentados ante la Cámara Civil, la cual decidió rescindirlos. Araujo dijo que se formará una comisión integrada por la iglesia, la prensa y mercaderes para realizar una evaluación amplia y reorganizar nuevamente la reubicación de los vendedores de la referida plaza pública.

Mientras, el gobernador de la provincia, Julio César Díaz, expresó que se ha reunido con el alcalde Raúl Mondesí para coordinar el traslado. “Me dijo que si se hace un levantamiento serio de los comerciantes de este mercado y de las personas a las que les asignaron los puestos en la nueva plaza”, expresó el gobernador provincial. “A partir de ahí, yo estaría en disposición de colaborar, pero aún no he recibido el reporte del levantamiento”, señaló.

Las periferias del mercado también se ven amenazadas por el deterioro y falta de higiene, pues algunas de las viviendas cercanas a este mercado se ven afectadas por los malos olores que producen productos en proceso de descomposición. De noche es común ver las ratas sobre los productos que ahí se ofertan, lo que expone a sus consumidores a múltiples enfermedades.

No menos dolorosa es la situación de vendedores de ropa que dicen sentirse cansados de pedirle a las autoridades que retiren el contenedor de basura colocado en el área, pues este no permite que la clientela se pare a comprar por el mal olor que desprende.

La realidad es que mientras las autoridades y los mercaderes se ponen de acuerdo ante esta problemática, el sucio, los malos olores y la contaminación se apoderan del mercado de San Cristóbal.

Dicen nuevo mercado está muy lejos

Esta plaza pública está ubicada en la comunidad de Canastica, a unos cuatro kilómetros del centro de San Cristóbal. Fue inaugurada en el 2010, en la gestión presidencial de Leonel Fernández. Sus instalaciones cuentan con capacidad para albergar alrededor de 100 camiones en el área de parqueo de manera simultánea. Cuenta también con frigoríficos para la conservación de frutas, carnes y pescados, así como un sistema de recolección de aguas residuales y una incineradora de basura para dar tratamiento adecuado a los desperdicios que allí se produzcan. También tiene un sistema de luz permanente para garantizar la operatividad diaria del mercado, de acuerdo al informe de la comisión que inauguró el mercado.

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