El Diario de Lorenna:

Hace varias páginas te conté sobre el nacimiento del #podercorazón. Todavía me pregunto de dónde me salió esa respuesta, al Aura Rosa cuestionarme sobre qué súper poder quisiese tener:  “¡Quisiera tener el…

Hace varias páginas te conté sobre el nacimiento del #podercorazón. Todavía me pregunto de dónde me salió esa respuesta, al Aura Rosa cuestionarme sobre qué súper poder quisiese tener:  “¡Quisiera tener el poder corazón!”.

Debo reconocer que sonó y suena bien cursi. Pero en esa palabra, en ese súper poder, fue que conseguí el real sentido de mi vida. Todo parte de la premisa: Reconozco que soy perfectamente imperfecto, y trabajo para ser mejor.

Mis amigos siempre me han empujado a hacer eco de esta filosofía, al darse cuenta de que realmente creía en ese principio. Y que es un buen principio. El día que les hice la presentación (sí, sé lo que estás pensando… ¿Me pasé?), la discusión giró en torno a cómo podía contagiar a las demás personas con esta forma de ver las cosas; les dije que todo en su momento. 

Muchos pensaron que estaba desenfocada. Otros, que necesitaba ser más firme en mis acciones para que mis deseos se cumplieran. Y quizás, a alguno le llegó a la mente que era una teoría, pero que no es posible ponerla en práctica. No entendían cuando les decía que necesitaba estar lista.

Creo mucho en la coherencia. Es más, es una de las razones por las cuales soy fan de Madonna. Nos cuesta mantener una postura. Y no quería ser parte de ese grupo. ¿Cómo hablar del poder corazón, si no vivo y actúo bajo ese concepto? Y es que para muchos es más fácil señalar los aspectos negativos. Es nuestra naturaleza, nos hace sentir mejor con nuestras vidas. Ya oía a personas decir: “Ella habla del poder corazón, pero mira lo que hizo”. Y teniendo una conversación con mi amiga Airam, caí en que me faltaba un aspecto para que éste poder tuviese un principio y un fin: somos seres imperfectos.

Es como aquellos que dicen no ir a la iglesia porque hay muchos líderes corruptos. No se trata de lo que hagan los demás, se trata de lo que hago yo, se trata del propósito de mi existencia; nuestros principios. Esos ideales que pronuncian, que vale la pena seguir. Pueden equivocarse, yo puedo equivocarme, pero esa no debe ser una razón para no creer.

Nunca estaré lista para ser eco de una manera de vivir que hable de ser 100% amor en todas las direcciones. No soy perfecta. Caeré una y otra vez, porque así somos. Entiendo  que llenar esos zapatos es imposible, pero ahora sé que eso no debe detenerme a ser inspiración para algunos, o vocera de aquello en lo que creo.

Creo en el amor. Creo en las luchas internas por ser la mejor versión de mí. Creo en amar al prójimo como a tí mismo. Creo en ser misericordioso. Creo en la tolerancia. Creo en que todo lo que te ocurre en la vida son oportunidades transformadoras. Creo en que Dios es mi esperanza. Creo en el #podercorazón. 

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