La Chikungunya, una nueva enfermedad viral para nosotros, ha invadido nuestro país, y ha venido para quedarse. Es transmitida por el mosquito Aedes Aegypti, el mismo que transmite el Dengue, también viral, que ya es endémico, hace estragos entre nosotros, y provoca brotes epidémicos esporádicos. Pero también tenemos Paludismo o Malaria, producido por un parásito transmitido por un mosquito: el Anofeles. En ambas especies el mosquito que pica es la hembra, y habitualmente pica al amanecer y al atardecer. Estos mosquitos se reproducen y forman viveros en las aguas claras estancadas: piletas, piscinas sin mantenimiento, cisternas y pozos sin tapas, agua de lluvia acumulada en los techos, hoyos de los blocks en las construcciones; en las cañadas, plantas con pencas como las bromelias, estanques para conservar agua (sin tapas); platos, vasos, cajas, latas y envases de plástico y cartón tirados en las calles, patios, parques y canchas; cáscara de huevos, tiestos, gomas de carro, etc.
Todos estamos expuestos a contraer el Chikungunya, el Dengue o el Paludismo si nos pica un mosquito contaminado con la sangre de algún enfermo. La única forma de evitar estas enfermedades es eliminando los criaderos de estos mosquitos. Pero esto no es asunto de un día, una semana o un mes, sino una tarea permanente, y sin tregua.
La hora es dramática. Convocamos a todos los organismos de Salud Pública, a las clínicas y hospitales, las universidades, al Colegio Médico Dominicano, a los Ministerios de Educación, Obras Públicas, Deportes y Medio Ambiente; a Inapa, a la CAASD, a la Cruz Roja Dominicana, a todas las Iglesias, a los Ayuntamientos, a los colegios privados, los encargados de parques, a todos los dueños de casa, al Ejercito, la Marina y la Policía Nacional, a la Defensa Civil y al pueblo en general a emprender la tarea de eliminar los criaderos de mosquitos.
Manos a la obra. ¡Cloro untao y tanque tapao!
