Liderado por el ministro de Salud Pública, doctor Freddy Hidalgo Núñez, el Gobierno dominicano ha dado un ejemplo de movilización social para enfrentar el endemoniado mal que es la fiebre chikungunya. El mismo presidente de la República, Danilo Medina, con su peculiar estilo llamó a todo el personal bajo su dependencia a integrarse a esta jornada que en principio procura eliminar las fuentes de creación del mosquito que la transmite y que fundamentalmente se encuentra en las aguas estancadas, según dicen los expertos.
Se ha establecido en más de 400,000 los empleados públicos de todo el país que se han involucrado en la implementación de la más grande jornada de prevención y educación contra la fiebre chikungunya.
En el caso del Ministerio de Salud, que por razones obvias es el más preocupado por acabar con este mal, el esfuerzo ha sido redoblado tratando no sólo de impulsar las medidas preventivas, sino llevando a los centros hospitalarios los medicamentos que pueden controlar esta enfermedad. Así se ha visto en todo el territorio nacional a brigadistas de este Ministerio que junto a otras instituciones han puesto su personal al servicio de esta noble causa.
La chikungunya se ha convertido en un reto para la población dominicana que a esta fecha ha sentido los impactos terribles de este mal que perjudica la producción nacional, reduce la asistencia a los centros de trabajo, diezma la población estudiantil y llena de preocupación cada hogar donde se han registrado estos casos.
La población debe seguir atenta las orientaciones que emanan del Ministerio de Salud y tratar de cumplirlas al pie de la letra, sobre todo eliminando basuras, neumáticos, recipientes en desuso y sobre todo las aguas que por algún motivo deben preservarse en las viviendas.
Este es un esfuerzo que no debe recaer solamente en las autoridades y más en Salud Pública, sino que debe ser asumido por todos los ciudadanos. No hay dudas de que el ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo Núñez, está cumpliendo con su responsabilidad, tratando de evitar que la chikungunya siga ganando terreno, pero también le toca a cada dominicano aportar su granito de arena para contrarrestar esta desgracia.
