Construir una narrativa con un inicio lento, pero fuerte, en la presentación del tema central y a medida que se desarrolla la historia se dinamiza con los conflictos que sentencian a los personajes, es ciertamente innovador en el uso de la “ironía dramática”. El filme belga muestra cómo las enfermedades terminales y la negación del uso de células madres entapujan a quien las padece. Vemos el enfrentamiento al dolor que produce la pérdida de alguien querido, y en esta historia el saber que se va a perder. Hurgando en datos de producción del filme con tan obsequiosa estética y narrativa admirable es meritorio que se haya elaborado con apenas treinta mil euros, que en pesos deben ser cerca de un millón y medio, hoy. Eso es probable que haya influido en crear una estrategia con escenas atemporales, no-linear, y al mismo tiempo una suerte de acertijos, de crucigrama de acciones imprevistas expresadas en tonalidades emocionales; todo eso envuelto en bellas canciones de excelente musicalidad bastante seductoras que hacen llevaderos aquellos momentos de indescriptible sufrimiento y que resultan melodramáticos. De hecho, son esas canciones -usadas como cortes musicales incidentales- las que definen y expresan las interioridades de los personajes, manteniendo un contrapunto entre alegrías y tristezas.
El filme es adaptado de una obra de teatro y muestra claramente los consabidos tres actos en una narrativa cuasi perfecta. Una parte del filme narra la vida amorosa de una pareja, otra parte se enfoca en la hija de ese amor que es diagnosticada con leucemia, y una tercera parte sobre la crisis que produce entre los padres ese desgaste emocional que arrasa con la unión y el amor. Pero lo interesante es ver los encontronazos de la sabiduría y la superstición, de la fe y del ateísmo. Ver también la forma inteligente en cómo son tratados temas difíciles, como lo son tragedias infantiles y el duelo. Ver la forma en que nos presenta caminos impuestos por la vida como si fueran destinos irremediables.
Las actuaciones son impecables, marcan y nos estampan el filme en la mente. Como cine es una lección de vida, pedagógico, transformador, sin ser pretencioso. Logró llegar a ser nominado a Mejor Filme extranjero de los Oscar de 2014.
H HHH Guión y Dirección: Felix Van Groeningen Género: Drama romántico. Duración: 112 minutos.
