La emotividad marcó la ceremonia de exaltación

El Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano le dio ayer la bienvenida a ocho nuevos inmortales, gracias a sus trayectorias y logros alcanzados en el deporte. Pedro Martínez y Félix José, en béisbol; Víctor Hansen, en baloncesto;…

El Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano le dio ayer la bienvenida a ocho nuevos inmortales, gracias a sus trayectorias y logros alcanzados en el deporte.

Pedro Martínez y Félix José, en béisbol; Víctor Hansen, en baloncesto; Pedro Generoso Montero, en karate; Miguel Montilla, en boxeo, Ramón Dolciné, en softbol, así como Horacio Veras Gómez (Horacito) y Arturo Morales, como propulsores, fueron elevados a la inmortalidad durante un acto en el que los sentimientos afloraron entre los reconocidos.

“Nunca pensé que iba a estar en el Pabellón de la Fama cuando inicié mi carrera en el boxeo”, dijo con palabras entrecortadas Montilla, quien se convirtió, en las décadas de los 70 y 80, en uno de los boxeadores de mayor cartel de toda la región y parte de Norteamérica.

“Esto es codiciado por todo atleta. El que lo logra es un ser afortunado, como lo soy yo en este momento;  y qué bueno que se ha producido en vida”, agregó. Montilla se retiró del boxeo con un excelente registro de 37 victorias, 26 por la vía del nocaut, ocho derrotas y dos empates.

Otro que no pudo contener la emoción fue Félix José, al momento de agradecer el honor de inmortalizarlo al Pabellón Dominicano gracias a su brillante carrera en el béisbol profesional invernal.

“Es un momento muy especial, no planeado ni pensado, pero lo voy a disfrutar. Ser inmortal en tu país es señal de que la carrera de uno fue importante,” sostuvo José, segundo mejor jonronero histórico en la pelota dominicana con 60 y quien tuvo como edecán al también exjugador profesional, el pitcher, José de León.

Ahora, han sido exaltados 110 beisbolistas, 36 basquetbolistas, 16 softbolistas, 75 propulsores en diferentes deportes, 19 boxeadores, mientras que karate colocó el primero como atleta a la inmortalidad (otros ya han sido elevado en esta disciplina, pero como propulsores). 

“Mi eterna gratitud para cada uno de aquellos que me forjaron como hombre de bien y como atleta de alto nivel. Agradecido de Dios por la exaltación, así como a cada uno de los miembros del Comité Permanente del Pabellón de la Fama”, expuso Generoso Montero, quien se hizo acompañar de Rafael Álvarez.

En tanto, Hansen, uno de los grandes armadores del baloncesto nacional de todos los tiempos, rememoró que sus padres, Eduardo y Ana Dolores, añoraban que fuera pelotero, que su nombre le fue puesto en honor al ex jugador mexicano Víctor Davalillo.

“Terminé siendo baloncestista, pero les aseguro que mi familia, de ocho miembros, (sus padres y seis hermanos) hoy están orgullosos de mí, se sienten felices y contentos como lo estoy yo en este momento.

Agradezco a Dios por darme la vida en el seno de la familia que tengo y por darme una salud de hierro. Comparto esto con ellos, con mi esposa Estrella y mis hijos Lonny y Anhara, que fueron los grandes sufridos por el tiempo que dejé de dedicarles,” manifestó el ex jugador de los Astros y Los Mina.

Representación familiar
Tanto Dolciné como Veras Gómez, ambos fallecidos, se hicieron representar por sus hijos Massiel Lora y Horacio Veras, respectivamente. “Sólo Dios sabe cómo y cuándo pasan las cosas y él quiso que este fuera el momento de mi padre; pero les aseguro que a mi papá le hubiera gustado estar recibiendo este homenaje en vida,” aseguró Lora.

“En nombre de la familia, de sus hermanos, de mi madre Quisqueya, de sus compañeros en la selección nacional y de mi edecán Luisín Mejía, agradecemos a todos los que tuvieron que ver con esta elección”, agregó. Dolciné, nativo de La Romana, fue uno de los grandes lanzadores de softbol molinete de todos los tiempos. Participó, de forma destacada, en juegos y torneos Panamericanos, logrando su mejor actuación en Mar de Plata, Argentina en 1995, donde fue seleccionado el mejor lanzador del torneo.

De su lado, Veras, rememoró la trayectoria que tuvo su padre como propulsor del deporte en la República Dominicana, en especial el béisbol amateur.

“Tuvo una pasión por la vida y por las cosas que le gustaban, como el deporte, que si estuviera vivo estaría orgulloso de recibir este gran homenaje,” expresó el coronel Horacio Veras hijo sobre su difunto padre del mismo nombre. “La familia está muy honrada y orgullosa de sus pasos por la vida,” aseguró.

Ausente
En tanto que Pedro, ausente por compromisos de trabajo en los Estados Unidos, habló vía Sky luego ser inmortalizado (está trabajando en la cadena TBS que transmite la Serie de Campeonato de la Liga Nacional entre los Metros y los Cachorros), dijo estar agradecido de la oportunidad y de su exaltación. “Me disculpo por mi ausencia. Me hubiera gustado poder asistir, pero mi corazón y espíritu están ahora mismo en ese escenario.

Estoy honrado de ser parte de ese grupo de luminarias del deporte,” afirmó. Su esposa Carolina Cruz dijo que para la familia Martínez-Cruz es un honor tener a otro inmortal, ya que su padre Enrique Cruz y su cuñado Ramón también fueron exaltados en béisbol profesional y aficionado, sucesivamente.

El 49 Ceremonial fue dedicado al campeón ligero junior de la Asociación Mundial de Boxeo, Javier -El Abejón- Fortuna, e incluyó tributos de reconocimiento al medallista de oro de los Juegos Panamericanos en los 400 metros planos, Luguelín Santos; a las notables voleibolistas de la selección nacional superior, Niverka Marte y Brenda Castillo; y al seleccionado nacional de voleibol que el pasado mes ganó invicto la medalla del oro en el Mundial Sub-20 Femenino escenificado en Puerto Rico.
El acto fue dirigido por Yancen Pujols, como moderador, y José Antonio Mena, presentador.

Al final se designó a la entrenadora de voleibol Mayo Sibilia como Presidenta de Honor del 50 Ceremonial, que tendrá lugar el tercer domingo del 2016. 

Como actuantes del Ceremonial estuvieron las campeonas de los Juegos Panamericanos de Toronto en karate y levantamiento de pesas, Ana Villanueva y Cándida Vázquez (portaron la Bandera Nacional y del Pabellón), mientras que el medallista de plata panamericano Luisito Pie y el árbitro internacional de baloncesto Reynaldo Mercedes portaron el machete y el laurel, respectivamente. l

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