“No es fácil para las universidades identificar al estudiante desertor”. Con esta premisa la estudiosa sobre deserción universitaria Altagracia López reconoce las dificultades de las universidades para evitar que sus matriculados abandonen sus estudios superiores.La académica, quien ha sido una de las investigadoras de los dos estudios que ha abordado la deserción universitaria, asegura que ese 50% que tiene el país en cuanto abandono universitario, no es exclusiva de República Dominicana, sino también de Latinoamérica.
¿Qué propone López? Una de las estrategias por las que apuesta ella es la globalización de un sistema de alerta para identificar a estudiantes con posibilidad de desertar.
“Algunas universidades tienen un sistema de control académico que arroja cuáles estudiantes están en riesgo, ya sea porque retiran o reprueban muchas materias… Entonces les dan orientación estudiantil y les asignan tutores”, explica López. Además de Intec, entre las universidades con esta modalidad están Unapec y UAPA.
Otra iniciativa de López es establecer sistemas homologables, “en los que puedas ver cuándo un estudiante sale de una institución y se inscribe en otra”. Existen países en los que los universitarios tienen una numeración única –similar a la cédula de identidad- que permite saber cuándo un estudiante cambia de carrera, academia o por cuánto tiempo detiene los estudios.
Para ella, quien además dirige el Centro de Innovación en Educación Superior del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), este fenómeno complejo tiene solución a largo plazo porque implica cambios en el estudiante, en el profesorado, en las instituciones y en el Gobierno.
López explica que de parte de las universidades deben incluso conocer la situación socioeconómica de sus alumnos. Desde su punto de vista, las academias tienen que establecer sistemas de información confiables, “pero también tienen que planificar mejor la oferta de las asignaturas, de las carreras.
Hay carreras que tienen más demandas y otras menos. Entonces, planificar mejor las asignaturas para que el estudiante no se atrase”. Y de parte del Gobierno también corre con la responsabilidad de realizar estudios sobre el tema de manera periódica y ejecutar políticas públicas que favorezcan la retención de estudiantes. López apuesta también por la profesionalización de los maestros, de manera que den con mejores métodos de aprendizaje y que esto se traduzca en una reducción de la tasa de deserción.
¿Qué incide en que los alumnos deserten?
López, que fue rectora de Intec, cuenta que factores personales y sociales inciden en la deserción. Entre ellos menciona la condición socioeconómica de los alumnos y la incompatibilidad de llevar un empleo y los estudios. “Hay casos personales y familiares. Muchos forman familia temprano o les falta apoyo familiar, tienen problemas de salud, poco rendimiento académico e incluso el desempleo de los familiares puede incidir”, analiza.
