“A pie”

En el tapón, apretada y acalorada entre los demás pasajeros, reflexioné en que el “todo cambia” de una valla publicitaria no aplicaba al transporte público en Santo Domingo. Últimamente he tenido que recurrir a carros públicos, “voladoras”&#

En el tapón, apretada y acalorada entre los demás pasajeros, reflexioné en que el “todo cambia” de una valla publicitaria no aplicaba al transporte público en Santo Domingo. Últimamente he tenido que recurrir a carros públicos, “voladoras” y demás locuras para trasladarme. Mi carro en reparación, la comodidad clasemedista quedó en suspensión y volví a padecer como hace 20 años, cuando “andaba a pie”. Por un lado, revivir el pasado connotó cierta diversión nostálgica, pero lo pintoresco es opacado por el miedo, ante la creciente inseguridad de nuestras calles, amén de las molestias y trastornos intrínsecos a nuestra falta de transportación pública organizada y efectiva. El metro hace su aporte pero en general, ésta sigue atrasada, irracional, al paso del tiempo. No cambia. 

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