Episodio ya recurrente, parte de nuestra insuperable debilidad institucional: aumentos de sueldos que miembros de cuerpos o instituciones estatales disponen unilateralmente a su favor, bajo indignantes argumentos de “legitimidad”. Legisladores y regidores se han distinguido por eso y tenemos ahora el caso de la Cámara de Cuentas, que tiene también precedentes en ese sentido y donde el aumento resulta más chocante pues, como señaló elCaribe, la Cámara, tras quejarse de no tener dinero para hacer sus auditorías, recibió un aumento presupuestal de 100 millones de pesos, mismo que ha sido consumido en estos aumentos salariales para sus miembros. Y tienen la caradura de justificar el alza. Así se conducen los llamados a “fiscalizar” la administración pública, este pueblo no tiene dolientes.

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