Señor director. Si sacamos a relucir las cosas que están sucediendo debido a este encierro, y si de verdad lo hacemos de manera objetiva y sacando lo mejor de cada situación, es seguro que ha sido más provechosa que perjudicial.
¿Provechosa para quién? Para todos…

¿Perjudicial para quién? Para una minoría, los más pobres y desposeídos, siempre han subsistido con lo imprescindible y ahora hasta eso se les niega. Los ricos y millonarios siempre estarán bien, ¿O me equivoco? ¿Son los que lo llevan peor? El resto, que somos los del medio y mayoría, nos las arreglamos como podemos y casi siempre salimos a camino.

Hasta la naturaleza agradece el encierro, y la envidiamos pues ha seguido su curso como si no pasara nada, ¿Será que no le damos pena? Pero ¿Acaso nos daba pena a nosotros, que seguíamos maltratándola?

Dejo una lista de mejorías a causa del encierro obligatorio, no sabemos con qué fines reales, pero sí que está dando algunos buenos resultados.

*Se ha frenado el consumismo a nivel mundial.

*Se ha limpiado la atmósfera, menos basura y combustible derramando humo y contaminación.

*Estamos más conscientes de las bondades de la naturaleza.

*La gente es más higiénica, se está cuidando más sin ser tan vanidosa.

*Hay menos ruidos y polémicas en las calles y hogares, se es más amable y condescendiente.

*Muchos lucen mejor y más descansados y otros se lo toman con un ritmo más llevadero. Incluso las relaciones familiares dentro del hogar han mejorado.

*La familia está reunida en casa, dándose ese tiempo y esos abrazos que antes ni siquiera se necesitaban dar o recibir y que solo echaban de menos los niños y los muy ancianos.

*Las personas se están acercando a distancia, los vecinos que nunca se veían o saludaban, ahora desde sus balcones, jardines o patios, conversan con agrado y alegría de ver gente y poder interactuar.

*La solidaridad se ha posicionado más arriba que el petróleo, el euro, y los pisos en Dubai…

*Los famosos se han puesto al alcance de todos, se han visto incapaces, su vulnerabilidad es la misma que la de todos, al igual que los poderosos.

*Las prioridades han cambiado, muchas costumbres creadas por el hombre en la sociedad que a sangre y fuego fundó, bajo un sistema dañino, han quedado al margen. Al principio solo se quería retornar a sus costumbres, ahora solo no contagiarse y seguir con vida. El presente se ha vuelto la única realidad.

*Si este encierro se prolonga mucho más, nos hartaremos del celular, laptop, televisión… Veremos la vida de otra manera, saldremos a besar la tierra y apreciar aquello que menospreciamos, teníamos al alcance y nunca valoramos…
Demos gracias por el curso imparable de la vida, nada ocurre porque sí, todo tiene un verdadero sentido de la perfección armónica de las cosas y los beneficios que reporta. En el fondo este virus lo hemos creado todos, con nuestra inconsciencia e indiferencia, y de nosotros depende neutralizarlo. Romper tantas desigualdades es perentorio en nuestras vidas y planeta, obremos con bondad y amor.
Idalia Harolina Payano Tolentino
Colaboradora

Posted in Correo de lectores

Las Más leídas