En medio de la pandemia de coronavirus que azota la República Dominicana y que ya ha provocado 316 muertes, subyace otra epidemia silente, que ha causado la muerte a 155 personas y ha dejado a otros 84 hospitalizados, según el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave).

Se trata de una ola de intoxicaciones por consumo de clerén adulterado con metanol en más de un 50 por ciento de su composición, que se inició durante la Semana Santa en el mes de abril y que desde entonces, no ha hecho más que aumentar el número de víctimas, especialmente en barrios del Gran Santo Domingo y cuyo saldo letal, es prácticamente la mitad del COVID-19.

El ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, afirmó ayer que el consumo de esta bebida se ha convertido una importante preocupación de salud pública y aseguró que la institución continúa junto al Ministerio Público haciendo decomisos de barriles de este ron artesanal que carece de controles sanitarios y se vende a granel en muchos colmados y otros lugares de expendio por menos de 100 pesos.

Sostuvo que ya se han detenido a algunos de los fabricantes y será responsabilidad del Ministerio Público llevar adelante los procesos judiciales con fines de castigar este crimen sanitario.

A mitad de abril, se llegaron a amontonar más de 35 cadáveres de intoxicados en el Hospital Francisco Moscoso Puello, en el sector de Capotillo, que saturaron los servicios forenses, al punto que el Ministerio de Salud debió destinar ambulancias especiales para estos casos.

Los primeros fallecidos reportados residían en barrios como Brisa del Este, en Santo Domingo Este, Villa María, Los Girasoles, Pantoja, entre otros. Según los datos del Sinave de la Dirección General de Epidemiologia, 71 de las defunciones se reportaron en el Distrito Nacional, 19 en Santo Domingo Este, 18 en Los Alcarrizos, cuatro en Santo Domingo Norte, dos en Santo Domingo Oeste y una en Boca Chica.

En el interior del país, 6 muertes ocurrieron en el municipio de Mella en la provincia Independencia; 8 en Constanza; 4 en Hato Mayor, dos en Mao y una en Neiba. Otras 16 no se identifica su procedencia. Del total de muertos, hay 142 hombres y 13 mujeres.
La mayoría de los intoxicados tiene entre 40 a 49 años, seguido por el grupo etario entre 50 a 59. Sin embargo, llama la atención, que seis de ellos tenían entre 10 a 19 años.

En diciembre del 2017 las autoridades emitieron una alerta epidemiológica por la muerte de al menos ocho personas que consumieron la bebida durante la celebración de un velorio en el municipio Pedro Santana, en la provincia Elías Piña, en el sur profundo del país. La intoxicación aguda de metanol provoca mareos, dolor de cabeza, visión borrosa, delirio y confusión mental.

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