El triunfo de Luis Abinader se produce en una coyuntura sumamente crítica, crisis sanitaria por el Covid-19, que se ha traducido a la vez en crisis económica. Si no se trata de la coyuntura más difícil en que ha llegado un nuevo presidente en nuestra historia, debe figurar entre las más difíciles. Su reto número uno será ver cómo controla la pandemia, de lo que dependerá a su vez el restablecimiento del crecimiento económico, otra de las metas obligadas del nuevo gobierno. Por ejemplo, dependemos económicamente mucho del turismo pero este sector resucitará finalmente conforme las tasas de contagio decrezcan de forma estable. Bueno, tenemos nuevo gobierno y nuevas esperanzas, pero la realidad es que llega en época de vacas flacas.

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