El temor excesivo por no contagiarse puede estar ligado a una enfermedad de base de origen conductual

Desde hace poco más de tres meses vivimos una pandemia ocasionada por el COVID-19. El confinamiento y las medidas a las que nos ha conducido, ha generado en un gran segmento de la población desórdenes de orden psicologico y conductual.

Han sido días difíciles en donde hemos visto situaciones opuestas: relaciones personales que se han afianzado y relaciones personales que han fracasado.

Como dijo el Santo Padre en su momento, son días donde aflora lo que verdaderamente somos, aunque difiero con el Sumo Pontifice cuando dijo “seremos menos pero seremos mejores personas “. Considero que seguiremos siendo los mismos, la esencia nos traiciona: los malos seguirán siendo malos y los buenos seguirán siendo buenos.

Ahora bien, el COVID-19 ha generado en algunos un miedo irracional que raya en paranoia y sobre esta conducta abordamos al psiquiatra Pedro Fernández, con quien profundizamos en el tema.

•“Lo primero que hay que definir es la personalidad paranoiaca o el trastorno delirante.La personalidad paranoiaca se caracteriza básicamente cuando la persona es sumamente desonfiada y tiende a tener un temor constante a que alguien le pueda hacer un daño o que le pueda abordar con la finalidad de obtener un bien suyo. En la paranoia la persona siempre es desconfiada como si siempre le estuvieran chequeando”, explica Fernández.

El COVID-19 constituye un estresor, entonces, “personas que precisamente tienen ese tipo de personalidad pueden desencadenar ese tipo de trastorno hacia el estresor. La situacion actual es un estresor psico social, en este caso, es agudo, cuando tenga más de seis meses será crónico ”, enfatiza el galeno.

Todos estamos viviendo esta pandemia a nivel mundial. No hay país, ni región, ni continente libre del COVID-19.

“Normalmente cuando la persona experimenta ese temor excesivo a enfermerarse, en este caso del COVID-19, son personas que pueden tener rasgos acentuados de personalidad paranoiaca o alguna enfermedad como el de trastorno de ansiedad generalizada, distimia, que es igual a la depresión, lo único que cuantitativamente y cualitativamente no cumple los criterios para la depresión ”, explica Fernández.

Lo mismo sucede- continúa- a una persona depresiva o con un trastorno bipolar, cualquier estresor psico social que tenga, unido a la falta de educación, porque tiene que ver mucho en este tipo de cosas, puede caer en un miedo irracional , obsesivo.

Dice que por eso es tan importante dar seguimiento a las directrices de las autoridades sanitarias en cuanto a la evolución y el manejo que debe dársele para evitar contagios.

Fernández reitera que el temor excesivo, irracional, al contagio del COVID-19 suele surgir cuando existe una base o el inicio de la manifestación de cualquiera otra enfermedad de origen conductual.

“He visto muchas personas, que tienen esa base, experimentando temor a la enfermedad manifestándolo incluso con dolor de cabeza, malestar general, fiebre, dolor en el pecho, dolor muscular… Luego le mides la temperatura y está normal porque no existe la enfermedad. El temor excesivo les hace sentir que la padecen. Ese tipo de personas suele excederse en las medidas de higiene y sólo consigue empeorar la situación provocándose hasta dermatitis por contacto, ya que recurren a productos que les hace un daño real”, abunda el galeno.

Destaca el factor educación por estar presente, “es determinante que el sector salud explique bien todo lo relacionado a la situación que vivimos: enfermedad, síntomas y cómo evitar contagiarse”.

Asegura que hay personas tan ansiosas con el tema que piensan que colocándose más de una mascarilla están mejor protegidas ,generándose un problema de respiración, porque no logran alcanzar el grado de saturación de oxígeno requerido, dice.

Existen seis tipos de trastornos delirantes, la paranoia es uno de ellos

“Tambien suele darse en la personalidad ezquizoide. ¿Qué sucede en el caso de la ezquizofrenia? El proceso de pensamiento no se mantiene y por eso haces la diferencia entre la personalidad paranoide y el ezquizofrenico. Este último suele presentar un deterioro laboral, social, familiar y muchas veces trastorno cognitivo. Es el tipo distraído, suspicaz y, además, tiene trastornos perceptivos. Al llegar situaciones como la pandemia del COVID-19, ese estresor se manifiesta mayor en ese tipo de personas. Igual que en el caso de los depresivos o personas que padecen del trastorno de ansiedad generalizada. Se traduce a la enfermedad nueva, porque ya tiene una de base”, puntualiza Fernández.

Todos los casos que aparecen con temor excesivo a una enfermedad, es porque ya existe una afección de base.

En el caso del paranoico, se conserva el proceso de pensamiento y defiende su enfermedad como si existiese, reitera concluyente Fernández.

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