Imaginamos que a ninguno de los políticos experimentados se les puede ocurrir la idea de que la apertura, la disposición de escuchar, oír, en la búsqueda de consenso, puede constituir una expresión de debilidad. Los factores objetivos sugieren lo contrario.

En consecuencia, no parece adecuado adoptar una posición excesiva frente una actitud dialogante, de comprensión, propiciatoria de la unidad nacional.

De modo que no se debe poner condiciones excesivas, si de verdad se desea contribuir a la creación de un ambiente de unidad nacional para afrontar la gran crisis que afecta al país.
Por eso, resulta desconcertante que se sugiera que las “las denuncias irresponsables” pueden poner en riesgo la disposición de colaborar constructivamente con las actuales autoridades.

Es no significa que haya que aplaudir cualquier declaración o denuncia desde el poder que pueda considerarse ofensiva al manejo de los asuntos públicos en el pasado reciente. No parece prudente adoptar un rol beligerante cuando el momento que vive la Nación indica que deben aunarse voluntades para encarar los grandes retos.

El país acaba de pasar por un proceso electoral prolongado, en el que se temía por momentos que terminara en una crisis política, en medio de una pandemia que al mismo tiempo provocó una crisis económica.

Si ese período fue superado con la participación de todos por la vía civilizada, que fue la celebración de las elecciones, pese a todos los augurios, y con el sacrificio que significó para muchos poner a riesgo hasta su salud acudiendo a las urnas, resultaría insensato que los actores políticos, gobierno y oposición, se enzarcen en una polémica totalmente improductiva.

Todavía el nuevo gobierno no completa ni siquiera 30 días de gestión. De modo que sus administradores siguen “cogiendo el piso”. Declararle la guerra en estas condiciones no parece adecuado.

Cierto que no deben hacerse señalamientos o acusaciones en el aire, sin fundamento, pero tampoco son válidas las sobreactuaciones ni los emplazamientos en son de guerra.

No es tiempo para blandir, sino para contribuir al bienestar de la Nación.

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